Al Rahad, una ciudad polvorienta en el centro de Sudán, es un emblema de los desafíos que enfrenta el país. La sequía y la deforestación han creado tensiones entre las comunidades que dependen de los menguantes recursos naturales de la región, y en ocasiones estas tensiones se convierten en conflictos.
“Hay pueblos donde casi no hay hombres”, dijo Majda Mutwakil, residente de Al Rahad. “Han emigrado a la mina de oro o a las ciudades. En estos pueblos, los adultos que quedan son mujeres y ancianos. Las mujeres ahora están haciendo todo el trabajo que sus esposos solían hacer”. Pero a pesar de la partida de muchos de sus familiares y vecinos, en muchos casos las mujeres siguen siendo excluidas de las estructuras sociales de toma de decisiones.
ONU Medio Ambiente, en colaboración con ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), está trabajando para cambiar estas dinámicas. En un proyecto conjunto, Mujeres, Recursos Naturales y Paz, las partes están trabajando para fortalecer el papel de las mujeres para determinar cómo enfrentan sus desafíos y los de sus comunidades. El proyecto también tiene como objetivo aumentar el papel decisorio de las mujeres en la resolución de conflictos sobre el manejo de los recursos naturales.