La presidenta del Partido Verde y precandidata a diputada nacional, Silvia Vázquez, sostuvo que es necesario un modelo de desarrollo sostenible para la salida a la post pandemia, donde la agenda ambiental sea “una prioridad en serio”.
El río Paraná sufre una bajante extraordinaria. El hidrómetro registró en el puerto de la capital de Corrientes 0,29 metros, una altura histórica desde 1944. Además, las aguas sufren bajas hace más de 700 días, lo que implica una situación trágica que podría haber sido evitada. Los científicos indican que continuará en esta situación al menos hasta enero, y con dependencia del régimen de lluvias, lo que expondría a los peces y a los productores de la zona a una situación de alta vulnerabilidad.
“El Paraná viene atravesando una crisis hídrica desde hace meses, pero se tuvo que secar por completo para que el Gobierno Nacional considere declararlo en Emergencia Hídrica. En la actualidad, siete provincias pueden quedarse sin agua por la falta de previsión y políticas ambientales que reduzcan los efectos del cambio climático, los desmontes y la quema de humedales locales que generaron la bajante, entre otros factores”, explicó Silvia Vázquez, precandidata a diputada nacional por el Acuerdo Verde y Social.
La causa principal de este fenómeno está vinculada con la disminución de las precipitaciones a todo lo largo de la cuenca, especialmente en el sur de Brasil, debido al proceso de cambio climático, según lo confirmaron investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste.
Es sabido que los humedales de zonas tropicales y subtropicales son sumideros de carbono, sistemas de altísima productividad primaria, ya que por sus características retienen una gran cantidad de agua y favorecen una equilibrada relación entre los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos. En este marco, es necesario conocer el impacto que un humedal como el río Paraná tiene en el cambio climático global.
También, las industrias pesqueras de Rawson (Chubut) vuelcan impunemente líquidos contaminados y sin tratamiento a una laguna en Trelew, lo que provoca que las aguas cambien de color, generen olores, proliferen insectos y distintos vectores.
“El desagote de desechos tóxicos en la laguna de Trelew no sólo daña de manera irreparable a los organismos que habitaban esas aguas. Es inadmisible que el titular de control ambiental de Chubut se desentienda alegando que estaba autorizado y que ´es algo normal´. Exigimos una remediación, un tratamiento inmediato de las aguas y un plan para evitar que hechos como este se sigan repitiendo y que se siga incumpliendo la Ley Nacional de Ambiente que rige en nuestro país”, comentó Vázquez.
Además, concluyó: “La deuda con la naturaleza no se puede seguir reestructurando, necesitamos iniciar un cambio hacia un modelo de desarrollo sostenible. Este camino ya no es optativo, resulta urgente: el ámbito público y privado necesitan ser protagonistas de un modelo de desarrollo sostenible para la salida a la post pandemia donde la agenda ambiental sea una prioridad en serio”.