Ante los dichos del canciller Felipe Solá vinculados a que “en Argentina no puede haber nuevos desarrollos si no son sostenibles ambientalmente” durante su discurso en el Council of Americas, Silvia Vázquez manifestó que “el canciller falta a la verdad, hay una enorme inconsistencia entre el discurso y la acción del funcionario y del gobierno nacional”. En este sentido, Silvia Vázquez, precandidata a Diputada en CABA por el partido Acuerdo Verde y Social, y ex directora de Asuntos Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores, dialogó con Pablo Gago para el programa Futuro Sustentable, en AM 1220.
Futuro Sustentable: El Congreso de la Nación necesita gente que lleve el tema ambiental a la mesa, ¿Cierto?
Silvia Vázquez: Creo que lo que necesita el Congreso es una cantidad de diputados y diputadas que tengan un compromiso solamente con la agenda ambiental y con la agenda del cambio climático. Me parece que no se haya sancionado todavía una ley de humedales tiene que ver con eso. Argentina es un país que atrasa entre 30 y 40 años respecto de la legislación necesaria para proteger la biodiversidad y para tener un modelo de desarrollo sustentable ambiental, económico y social. Hay que pensar que el concepto de desarrollo sustentable proviene de un informe del año 1987, a partir del cual muchas naciones comenzaron a hacer las transiciones a modelos más sustentables. Argentina demoró mucho en esto. Aún hoy nuestro país no puede sacar el proyecto de ley de humedales para proteger estos ecosistemas, vulnerados por los desarrollos inmobiliarios. También en la Ciudad de Buenos Aires, con la pretensión de hacer dos grandes emprendimientos inmobiliarios en la zona de Costanera Norte y Sur, zonas que estarán inundadas en el 2050 por el crecimiento del nivel del Río de la Plata, a causa del cambio climático.
FS: ¿Cuál es tu propuesta para cambiar la gestión ambiental desde el ámbito político?
SV: Nosotros planteamos que es una cuestión transversal que hay que debatir en el Congreso, con un plan que nosotros llamamos el nuevo Acuerdo Verde y Social, que tiene las características del Green New Deal, de Estados Unidos, para transformar la economía y las grandes desigualdades sociales a partir de las consecuencias irreversibles del cambio climático y para modificar aquello de lo que estamos a tiempo. En Europa, durante el 2020, fue aprobado este nuevo Acuerdo Verde en el Parlamento Europeo. Es un primer paso hacia la descarbonización y la transformación que tienen que sufrir todas las economías hasta el año 2050. Nos quedan menos de nueve años para hacer los cambios más importantes. Argentina ni siquiera ha empezado, porque es mínimo el aporte que el Estado nacional ha hecho al impulso en las energías renovables. Desde que asumió el Gobierno, no hubo ni un solo avance en este sentido. Además, el Gobierno de Alberto Fernández está queriendo empujar una ley para garantizar el subsidio a la industria petrolera de aquí a 20 años, lo que nos va a dejar por fuera del financiamiento mundial verde para las energías renovables y la movilidad eléctrica. Si creamos las condiciones, tenemos la capacidad de hacer una verdadera revolución verde en nuestro país que reconfigure, dé trabajo y haga un crecimiento armónico de la Argentina.
FS: Mostrabas la falta de apoyo a las energías renovables y a la electromovilidad, ¿Esta última también sufre las elevadas cargas fiscales que tienen el resto de las industrias?
SV: Nosotros estuvimos con algunos empresarios que trabajan en CABA en la transición eléctrica. Justamente, nos contaban que las baterías de litio, que son importadas, tienen un gravamen muy superior que el gravamen fiscal que tienen las autopartes que se utilizan para el armado de autos convencionales. En realidad, el 70% de los autos convencionales que se ensamblan en la Argentina son importados. Entonces, esto es peor. No solo no se financia la transición a la electromovilidad, sino que se favorece desde el Estado nacional a la contaminación. Lo mismo que son los 2.500 millones de dólares que van a parar todos los años como subsidios al transporte público, que es contaminante, que no es de calidad y que impacta en la emisión de gases de efecto invernadero. Es mentira que no hay plata suficiente en el mundo para hacer este cambio. Hay plata y riqueza a la que podemos acceder. No accedemos al financiamiento internacional porque las decisiones políticas que se toman en este país van a contramano de todo esto. Exhibimos tal chanterío que es imposible que nos tomen en serio.