Una enorme estructura llamada ‘Watercreature’ puede verse flotando por el centro del río de la ciudad alemana de Bonn, donde se celebra la COP 23. Está hecha de botellas encontradas en esas mismas aguas. Igual que un enorme tiburón que cuelga suspendido sobre uno de los principales parques de la metrópolis.
También hay parques decorados con esculturas que llaman poderosamente la atención, como la de un oso polar atravesado por un arpón. El problema de la deforestación de zonas como el Ártico o el Amazonas se visibilizó, por su parte, con árbol con maderos reciclado.
La idea de estos monstruos reciclados es tratar de concientizar sobre la necesidad de implicar a todos los sectores de la sociedad en la lucha contra el cambio climático, mientras los distintos gobiernos debaten cómo alcanzar el gran objetivo del siglo: reducir un 80% las emisiones de los gases de efecto invernadero para 2050.