La medida busca impulsar la transición energética hacia combustibles con menor intensidad de gases de efecto invernadero e informar a los usuarios sobre los vehículos que pueden mitigar las emisiones de dióxido de carbono.
La implementación efectiva del etiquetado de dióxido de carbono (CO2) y eficiencia energética vehicular comparativo para medios de transporte livianos fue presentada por los ministros de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, y el Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. La medida entrará en vigencia a partir de mayo permitirá mejorar la incidencia en la reducción de emisiones contaminantes y el ahorro de combustible.
La nueva etiqueta vehicular comparativa permitirá a la población conocer la tecnología de los automóviles y tiene como objetivos mitigar las emisiones de dióxido de carbono, impulsar la transición energética hacia combustibles con menor intensidad de gases de efecto invernadero, y tender hacia la incorporación de energías renovables de emisión cero en su ciclo de vida, como la electromovilidad y el hidrógeno verde.
El Ministerio de Ambiente nacional oficializó la medida a través de la Resolución n°383/21, a mediados de noviembre del año pasado. La norma estipula que los mencionados automóviles deben contar, desde su fabricación e importación, con una etiqueta que permita cotejar aquellos productos más convenientes en términos de consumo y de menores niveles de emisión del CO2.
Asimismo, según dispone la resolución, los fabricantes e importadores de vehículos automotores livianos deben exponer en salones y puntos de venta los modelos a comercializar incluyendo el etiquetado comparativo de eficiencia energética vehicular en el propio automóvil y en la bibliografía de a bordo, además de brindar esta información en el sitio web del comercializador. El cumplimiento de estos requerimientos será fiscalizado periódicamente por la cartera de Ambiente nacional y, en caso de verificarse infracciones, se aplicarán aquellas multas establecidas por la Ley n.º 24449 de tránsito.
La medida tiene como objetivo mitigar aquellas emisiones de contaminantes climáticos y de efectos nocivos en la salud, junto con la mejora de la eficiencia energética del transporte automotor nacional a 2030 y 2050 por medio de pautas orientativas para el mercado. Y, en concreto, desarrollar e incorporar a la plaza automotriz nuevas tecnologías vehiculares más limpias y eficientes; impulsar la transición energética hacia combustibles y vectores energéticos con menor intensidad de carbono; y propender la incorporación de energías renovables de emisión cero en su ciclo de vida, como la electromovilidad y el hidrógeno verde, entre otras.
La iniciativa forma parte de la implementación del “Proyecto Nacional para Combustibles y Vehículos Más Limpios y Eficientes en Argentina”, que contó con financiamiento de la Unión Europea (UE) y el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y de la Global Fuel Economy Initiative (GFEI). Su ejecución está a cargo de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental.
Cabe destacar que la citada resolución fue producto de un abordaje conjunto con la Secretaría de Energía nacional, la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) y la Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores (CIDOA), con la cooperación internacional del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).