Se esquilaron 165 guanacos silvestres en la provincia de Santa Cruz respetando altos estándares de bienestar animal y se obtuvieron 57 kilos de fibras de alta calidad para su comercialización. La iniciativa es impulsada por WCS Argentina, que junto a investigadores del CONICET realizan estudios científicos para proponer alternativas sustentables de manejo de la especie que contribuyan a las economías regionales y a un desarrollo productivo amigable con la fauna.
El guanaco es un herbívoro nativo emblemático de los pastizales de Sudamérica. En el norte de su distribución geográfica actual, desde Perú hasta el norte de Argentina y Chile, sus poblaciones son pequeñas y relativamente aisladas y muchas corren riesgo de extinción local. En contraste, en zonas de la Patagonia de Argentina y Chile sus poblaciones se han recuperado en décadas recientes. Allí, el mayor desafío es encontrar herramientas para que coexistan poblaciones abundantes de guanacos con la actividad ganadera tradicional y con pastizales saludables para ambos. La provincia de Santa Cruz en Argentina es la que concentra el mayor número de guanacos, y el mayor desafío.
“La conservación del guanaco es fundamental, no sólo por su rol en el ecosistema como principal recurso alimenticio de carnívoros y carroñeros nativos, sino por su capacidad para contribuir a la regeneración de pastizales y la adaptación a la aridez creciente derivada del cambio climático”, explica Andrés Novaro, Director de Conservación Terrestre de WCS Argentina, organización que ha dedicado importantes esfuerzos a la conservación y uso sustentable de la especie en Patagonia durante los últimos 30 años.
Una de las actividades que WCS promueve, en colaboración con investigadores de CONICET y agencias de manejo de fauna, es la producción de fibra por medio de esquila en silvestría de guanacos con su posterior liberación. Esta fibra, por su gran finura y calidad, puede ser transformada en prendas de vestir de un valor tal que pueda devolver a los productores los beneficios del esfuerzo que realizan para la coexistencia entre los guanacos y su ganado.
A fines de 2023 se concretó la operación de esquila en silvestría de 165 guanacos en un campo ganadero de Santa Cruz, en la que se obtuvieron 57 kilos de fibra natural de alta calidad, que se encuentran ahora en instancias próximas a su procesamiento. La experiencia fue la más exitosa hasta el presente en la provincia por el número esquilado y liberado. Fue supervisada por la Dirección General de Fauna dependiente del Consejo Agrario Provincial (CAP) y contó con el apoyo técnico y monitoreo de WCS Argentina. El productor Alejandro Llaneza y su equipo fueron previamente capacitados en base a un protocolo liderado por investigadores de CONICET con participación de WCS Argentina, en base a años de investigaciones para definir un modelo de arreo, captura, esquila y liberación que reduce el estrés y el impacto en las poblaciones de guanacos.
A partir de este modelo se generó un protocolo para la actividad, avalado por la certificadora internacional Wildlife Friendly Enterprise Network (Red Amigable con la Fauna Silvestre). Dado el cumplimiento del protocolo por el productor de Santa Cruz, la fibra obtenida en 2023 fue la primera fibra de guanaco en lograr esta certificación, que ya obtuvieron fibras mohair y merino.
“La esquila de guanacos en silvestría es una actividad posible en algunos campos. No es un trabajo simple, requiere habilidad y coordinación para los arreos y uso de equipo especial. El respeto por los animales siempre está presente. Adaptarse a los estándares de bienestar no fue difícil. La esquila en silvestría permite obtener una rentabilidad que suma y complementa al trabajo tradicional con las ovejas. Es necesario el apoyo de la provincia y de otras instituciones para que este proyecto tenga futuro”, afirma Llaneza, quien también está habilitado para el manejo de fauna en Santa Cruz.
Una fibra fina y salvaje
El aprovechamiento sustentable de algunas especies de la fauna silvestre, como el guanaco, puede contribuir significativamente a las economías regionales de la Patagonia. En aquellos campos con las condiciones adecuadas para realizarla, la esquila de guanacos en silvestría con su posterior liberación a su hábitat, ofrece una alternativa complementaria a la producción rural tradicional.
“La producción ganadera es dinámica y debemos estar atentos a las oportunidades que surgen, ya sea debido al desarrollo tecnológico, los cambios en el mercado o a ideas innovadoras”, sostiene Adrián Suárez, Presidente del Consejo Agrario Provincial de Santa Cruz. “En algunos casos la producción en silvestría de fibra de guanaco representa una oportunidad para el desarrollo económico local y permitirá dejar de ver al guanaco como un competidor a eliminar y comenzar a considerarlo un aliado de la producción ganadera en la Patagonia. Ofrecer una fibra considerada de lujo por el mercado internacional y con una certificación especial que avala su producción posiciona a Santa Cruz en un lugar destacado, teniendo en cuenta la cantidad de guanacos que tenemos en la provincia y la capacidad operativa que puedan aportar nuestros productores”, agrega Suarez, quien además destaca el aprovechamiento de otros subproductos de la especie.
Un modelo alternativo de producción y conservación basado en ciencia
Aunque en nuestro país el guanaco no se encuentra en peligro de extinción, algunas poblaciones podrían llegar a esa situación a menos que su manejo y comercio se ajusten a un marco normativo efectivamente fiscalizado que evite una utilización incompatible con su conservación. En esta línea, la reciente inclusión del guanaco en el Apéndice II de la Convención para la Conservación de Especies Migratorias (CMS) y su anterior incorporación en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) generan condiciones normativas para optimizar simultáneamente el aprovechamiento sostenible y el cuidado de la especie.
“Los guanacos son una especie nativa que forma parte del ecosistema de pastizal original y también interactúan con las actividades humanas de manera siempre cambiante al cruzar alambrados y rutas dentro de sus recorridos migratorios. El objetivo es trabajar con más y más productores patagónicos para que puedan hacer un manejo sustentable y productivo de los guanacos que atraviesan sus campos y sean también nuestros aliados en la conservación de la especie y sus migraciones”, comenta Novaro.
Además de la esquila, WCS promueve otras acciones para la conservación del guanaco como el monitoreo de las poblaciones, investigaciones que generan datos para un mejor manejo de la especie, el cierre de caminos de exploración petrolera para evitar la intensa caza furtiva y el control por parte de los gobiernos de las actividades de manejo permitidas, de la caza furtiva y el tráfico ilegal de fibras y carne, entre otras.