Royal Canin lanzó recientemente un proceso propio de tratamiento de efluentes industriales mediante el que, en aproximadamente cinco meses, podrá reutilizar más del 60% del agua utilizada en la generación de vapor.
Si bien los sistemas de tratamiento de agua industrial son requeridos primeramente por la legislación argentina, los estándares corporativos de Mars, empresa a la que pertenece Royal Canin, exigen un sistema de gestión de efluentes que contemplan las mejores prácticas de la industria.
“El mayor volumen de efluentes industriales se genera por consecuencia de la limpieza de las líneas de producción, vital para mantener los altos estándares de calidad”, explicó Miguel Sáinz, gerente de Salud, Seguridad y Medio Ambiente de Royal Canin.
Los pasos que sigue el tratamiento de efluentes contemplan una primera etapa de sedimentación; luego un sistema DAF (por sus siglas en inglés, Dissolved Air Flotation), que consiste en un proceso de tratamiento que aclara aguas residuales mediante la eliminación de la materia en suspensión, tal como aceite o sólidos. “Luego, el agua pasará a una segunda etapa, de tratamiento biológico, donde microorganismos descomponen las sustancias orgánicas presentes en el efluente”, detalló el ejecutivo. Después, se le dosifica cloro al agua, para luego pasar por un mecanismo de filtro de discos. El último paso es el de ósmosis inversa, que termina de barrer todo lo que no sea únicamente agua.