La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) propuso restringir el uso de partículas microplásticas que se agregan a productos dirigidos al consumo debido al potencial riesgo que suponen para la salud y el medioambiente.
En una presentación que realizó en Helsinki, ECHA señaló que la restricción debería aplicarse en toda la Unión Europea (UE) para aquellos productos que “sean inevitablemente liberados al medioambiente”, dado que así se podría reducir la cantidad en alrededor de 400.000 toneladas en el transcurso de 20 años.
“La persistencia y los potenciales efectos adversos o bioacumulación de microplásticos es un motivo de preocupación. Una vez liberados, pueden ser extremadamente persistentes en el medioambiente, durar miles de años y ser prácticamente imposibles de eliminar”, explicó la agencia en forma oficial.
En ese sentido, en su informe ECHA concluyó que los microplásticos tienen “más probabilidades de acumularse en ambientes terrestres”, dado que las partículas se concentran en el lodo de aguas residuales que se emplea de forma habitual como fertilizante y, en menor medida, terminan vertidos directamente en el medioambiente acuático.
“Debido a su pequeño tamaño, los microplásticos y los nanoplásticos -partículas incluso más pequeñas que se crean a partir de la degradación adicional de los microplásticos- pueden ingerirse fácilmente y, por lo tanto, entrar en la cadena alimentaria”, afirmó.
Cabe resaltar que los microplásticos, partículas de polímeros sintéticos de menos de cinco milímetros, se usan actualmente para fabricar una amplia gama de productos de consumo, como cosméticos, detergentes, pinturas, medicinas y pastas de dientes. Asimismo, también se emplean en la agricultura, la construcción, el petróleo y el gas.