En un artículo publicado en la revista Bioscience, los expertos aseguraron que el panorama futuro puede ser similar o superior al ocurrido durante el período 2001-2002, lo que entre otros resultados provocó el movimiento de grandes masas de aguas.
Para la elaboración del estudio, los autores analizaron en los valles secos de McMurdo de la Antártida oriental las consecuencias del desbordamiento ocasionado por la disolución de los glaciares ante el aumento del calor del aire a 3,8 grados sobre cero.