La sustitución del uso de carbón por gas natural en buena parte de los sistemas de calefacción domésticos de Beijing, una de las ciudades más contaminadas del mundo, fue uno de factores que ayudó a que la capital china tenga un enero sin esmog por primera vez en los últimos cinco años, confirmaron las autoridades de ese distrito.
La concentración media de partículas PM 2.5 en el aire (las más pequeñas y nocivas) durante el mes pasado fue de 34 microgramos por metro cúbico, cifra notablemente inferior a los 500 microgramos que se registraron en temporadas invernales anteriores, épocas en las que la utilización de los sistemas de calefacción a carbón contribuyen a aumentar los riesgos medioambientales.
Asimismo, las autoridades ambientales de la capital china afirmaron que hasta el 25 de enero se registró una calidad de aire “buena” según los estándares, lo que junto a las condiciones climáticas favorables permitió que se registraran inusuales jornadas de cielo azul.