Vinimos a Glasgow esperando que los líderes aceptaran un cambio radical en el ritmo y la escala de la acción climática. Si bien no obtuvimos el cambio radical y el texto acordado está lejos de ser perfecto, nos estamos moviendo en la dirección correcta, plantea la Organización Mundial de Conservación (WWF por sus siglas en inglés).
Los gobiernos tenían que avanzar en la resolución de tres brechas principales: la brecha en las metas para reducir las emisiones, la brecha en las reglas para cumplir y monitorear el progreso, y la brecha en el financiamiento de la acción climática necesaria para poner al mundo en el camino hacia un futuro más seguro.
Manuel Pulgar-Vidal, líder global de clima y energía de WWF, señala que: “Debemos reconocer que se hicieron avances. Ahora hay nuevas oportunidades para que los países cumplan con lo que saben que deben hacer para evitar una catástrofe climática. Pero a menos que giren drásticamente hacia la implementación y muestren resultados sustanciales, su credibilidad seguirá siendo desafiada“.
Esta COP marca la primera vez que los subsidios a los combustibles fósiles se mencionan en un texto de decisión aprobado, así como el reconocimiento de la necesidad de incrementar las inversiones en energía limpia mientras se asegura una transición justa. El primer texto fue bien recibido, pero finalmente las referencias a la eliminación del carbón y los subsidios a los combustibles fósiles, han pasando de una eliminación progresiva a una eliminación gradual, a causa de un solo país: India.
WWF enfatiza que se necesita un lenguaje firme, plazos y formas de operacionalización si queremos dejar de usar combustibles fósiles y lograr emisiones netas cero para 2050. Los países saben que no solucionarán la crisis climática a menos que veamos una descarbonización profunda en todos los sectores, acciones concretas para detener la pérdida de la naturaleza y se amplíe la restauración.
“WWF acoge con beneplácito el llamado a un incremento a corto plazo de las promesas climáticas para 2022. Estamos en medio de una emergencia climática, en camino de un calentamiento muy por encima de los 2° C, según análisis recientes, un futuro que será catastrófico para millones de personas y para la naturaleza. Los países deben cumplir colectivamente reducciones del 50% de CO2 para 2030 y cumplir con este mecanismo de aceleración en 2022, con la mente puesta en la meta de 1,5° C”, agrega Pulgar.
Es importante destacar que el texto final reconoce el papel fundamental de la naturaleza en el logro de la meta de 1,5° C, alienta a los gobiernos a incorporar la naturaleza en sus planes climáticos nacionales y establece un diálogo anual sobre la mitigación basada en los océanos.
A decir de Pulgar-Vidal: “La naturaleza realmente llegó a la COP26. Los líderes mundiales finalmente están reconociendo que la acción para proteger y restaurar la naturaleza debe estar en el centro de nuestra respuesta a la crisis climática, junto con una transformación completa del sistema energético. El reconocimiento de la COP26 del papel de la naturaleza debe catalizar a todos los países para que la adopten en sus planes climáticos nacionales”.
Aún es posible mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C, siempre que aprovechemos este impulso y aumentemos la respuesta global a la crisis climática. Pero la ventana se está cerrando rápido, por lo que es hora de que los líderes mundiales cumplan todas sus promesas para garantizar el futuro que todos queremos y merecemos.