Ante la gran demanda por el avance masivo en el país de las plantas de biogás, apoyados por el plan oficial Renovar, tanto las instituciones públicas como privadas acordaron una normativa exclusiva para la aplicación y el uso del digerido.
El documento fue generado por una mesa multidisciplinaria, creada desde hace casi tres años y liderada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental) y profesionales de distintas especialidades pertenecientes al INTA, INTI, SENASA, Probiomasa (Ministerio de Agroindustria) y empresas privadas.
“Hay una presión muy grande para que la normativa salga lo antes posible por la gran cantidad de plantas de biogás que se están instalando en el país y que esperan valorizar agronómicamente el digerido”, señaló Patricia Bres, investigadora del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (Lab. de Transformación de Residuos) del INTA Castelar, y quien fue uno de las partícipes activas de esta comitiva.
La planta de biogás para el tratamiento de residuos orgánicos y efluentes genera un efluente gaseoso que puede ser utilizado como fuente de energía alternativa. Asimismo, genera un efluente semi líquido, denominado digerido, con potencialidades para ser utilizado como biofertilizante.