Las alarmas están sonando en la zona de la localidad namibia de Walvis Bay, en la colonia de 50.000 ejemplares de lobos marinos que habita la península de Pelican Point en el sur de África.
En esa área, los miembros de las organizaciones conservacionistas Ocean Conservation Namibia (OCN) y Namibian Dolphin Project calculan que se han producido ya “miles” de abortos y muertes de crías prematuras.
Las playas están plagadas de la criaturas marinas, a la espera de que las mareas o los chacales los hagan desaparecer, y el gran temor es que el fenómeno que está matando a los bebés de Pelican Point se extienda a otros lugares -o ya esté presente-, en un momento en el que los desplazamientos y las investigaciones científicas se han vuelto muy complicados por culpa de la pandemia de COVID-19.
Por esas dinámicas, ahora “es muy difícil decir con seguridad el número” de muertes, indicó a Efeverde Tess Gridley, codirectora de Namibian Dolphin Project, pero las estimaciones hasta la fecha apuntan a unas 5.000 solo en Pelican Point y el motivo, de momento, es una incógnita.
“Estamos siendo muy cautelosos al hablar de factores causales concretos. Hay muchas razones por las que puede haber un incidente de abortos”, señaló Gridley, enumerando posibles ejemplos como la presencia de alguna bacteria, contaminación, malnutrición o una combinación de distintos factores.