El Aeropuerto Internacional de Atenas, en Grecia, es usado anualmente por alrededor de 20 millones de pasajeros. Se trata, por cierto, del primer aeropuerto griego en alcanzar la neutralidad en cuanto a emisiones de carbono.
Con el objetivo de enriquecer la monitorización, análisis y transmisión de datos de impacto ambiental, sus autoridades firmaron un acuerdo de cooperación con Ex Machina, una empresa especializada en programación de soluciones de innovación tecnológica.
El propósito de este proyecto es doble: monitoriear la calidad del aire más allá del aeropuerto y localizar las aeronaves en el aeródromo. El cumplimiento del primer objetivo ha permitido evaluar la precisión de los sensores de medición de calidad del aire. El segundo, en tanto, se abordó mediante técnicas de localización acústica.