Esta semana, Diputados aprobó el proyecto para prohibir la importación y comercialización de lámparas halógenas y fomentar el uso de tecnología LED.
Se trata de una iniciativa impulsada por el diputado Juan Carlos Villalonga (PRO), que modifica la ley 26.473.
Según indica el texto, se prohíbe “la importación y comercialización de las lámparas halógenas en todos sus tipos y modelos en todo el territorio nacional” a partir del 31 de diciembre de 2019.
El objetivo es reducir la demanda de energía eléctrica en los sectores residencial, comercial y público y contribuir al ahorro y a la reducción de emisiones de CO2 en materia de eficiencia energética. Por eso, se destacó que el dispositivo LED tiene una vida útil ocho veces mayor que una lámpara halógena y un consumo seis veces menor. En ese sentido, según estimaciones de la Secretaría de Energía de la Nación, el reemplazo masivo de lámparas halógenas significaría la reducción 3% al 6% del consumo energético total.
“Estamos ampliando algo que comenzó en 2008 cuando este Congreso aprobó la prohibición de la venta lámparas incandescentes que significaban un gran gasto energético para el país y un gran gasto económico para los usuarios. Hoy estamos extendiéndolo al siguiente segmento de menor calidad en términos de eficiencia energética que son las lámparas halógenas. De este modo, sólo quedan en el mercado las lámparas fluorescentes compactas y la diversidad disponible de tecnología LED. Esta medida beneficia al sistema no sólo en términos ambientales sino que significa un menor impacto en el sistema energético, lo hace más eficiente y es una ayuda económica para el usuario porque es una opción de menor tiempo de amortización y baja el gasto en energía”, señaló Villalonga durante su intervención previa a la votación que dio media sanción al proyecto con 171 votos afirmativos y 2 negativos.
Villalonga aclaró además que la iniciativa “no tiene impacto en términos de empleo: la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL) ha respaldado totalmente el proyecto”.
El recambio, que sería gradual también tiene impacto como medida de mitigación contra el cambio climático ya que permitiría dejar de emitir 1.700 toneladas de dióxido de carbono al año.
“El ahorro que se podría generar por el reemplazo de la totalidad de las lámparas halógenas en uso en la Argentina, es equiparable a la energía que generan dos centrales nucleares similares a Atucha II, sería un verdadero alivio para el sistema energético en su conjunto”, expresó el autor del proyecto.