El cambio climático ocupará un lugar central en la agenda de la cumbre del G20 que se está llevando a cabo en el país y en la próxima COP-24 que se celebrará en Polonia.
Al respecto conversamos con Enrique Maurtua Konstantinidis, director de Cambio Climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). “El comunicado de líderes del G20 tendría que dar señales políticas de compromiso con el Acuerdo de París y de reconocimiento de la lucha contra el calentamiento global”, señaló.
¿Qué señales se vislumbran específicamente en materia energética?, preguntamos a Maurtua Konstantinidis.
La pérdida de fuerza del apoyo a las energías renovables es un tema que vemos con preocupación. Está claro que la cumbre de ministros realizada en el país en el mes de junio dio un mensaje bastante equivocado en torno a los combustibles fósiles. Muchos países del G20 ponen el foco en las ventajas del gas como un combustible de transición. Creemos que esa no es la dirección correcta en la que hay que avanzar.
¿Qué puede esperarse, a grandes rasgos, de la COP24 de Polonia?
Está por concluir un trabajo de tres años en relación con la reglamentación del Acuerdo de París. Nos vamos a encontrar con una COP muy técnica en este sentido. Por otro lado, estamos en un contexto geopolítico difícil, con la llegada al poder de personalidades como la de Trump o Bolsonaro que significan un fuerte contrapeso para el sistema multilateral y la confianza entre los países. El tema más sensible seguirá siendo el financiamiento, eje en el que Estados Unidos suele desempeñar un rol opositor (aunque últimamente está modificando su postura). Mientras tanto, cada vez más informes especializados advierten que se acaba el tiempo para minimizar los impactos del cambio climático en la economía global.