La Cumbre Climática virtual de Líderes Mundiales, organizada por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se realizó el 22 y 23 de abril, con el objetivo de tratar temas referentes al cambio climático y sobre las estrategias que implementan los países para contribuir con un planeta más sostenible. En este sentido, Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina, dialogó con Pablo Gago y Patricia Marino en el programa Futuro Sustentable, por AM 1220.
Futuro Sustentable: ¿Cómo viste el compromiso de los participantes en la Cumbre de Líderes Mundiales por el Cambio Climático?
Manuel Jaramillo: El compromiso que tuvo Estados Unidos fue refrendado por el Reino Unido, que también tiene compromisos amplios e importantes. El desafío es ver como eso se va materializando. Llevamos varias décadas de comprometernos y ya estamos discutiendo cosas muy finas con respecto a la cantidad de emisiones que se pueden controlar y las que no. El desafío mayor es de aquellos que han anunciado políticas más activas de descarbonización, agresivas, y un poco disruptivas en los modelos de desarrollo empresarial y comercial. Hay que apoyarlos y actuar rápidamente y de forma más “quirúrgica” que las que hemos tenido hasta el momento.
FS: ¿Opinás que hay muchas cosas que no se dijeron en las exposiciones de los países en la Cumbre?
MJ: Hay que tener en cuenta que estos eventos, más allá de ser climáticos, son fuertemente diplomáticos. Son muy cuidados los Jefes de Estado a la hora de generar compromisos que puedan tener automáticos frentes de rechazo. Tenemos que entender, aun los que bregamos por mayor implementación y cambios de fondo, que el “golpear la mesa y cerrar la puerta”, a veces puede ser contraproducente. Es por eso que en este “juego de la diplomacia”, uno se queda con un sabor raro. Pero tenemos que comprender por qué esto ocurre y las estrategias en la forma de comunicación. Ojalá podamos empezar a alzar fuertemente la voz, remarcar la urgencia e importancia del cambio de paradigma. Si uno se “pasa de mambo” con la diplomacia, te quedas cerca del green washing, entonces hay que trabajarlo desde la parte diplomática. Los politólogos pueden ayudar mucho a ver cómo lograr el mejor resultado, apoyando estrategias más agresivas, pero sin dejar países afuera del proceso.
FS: El presidente, Alberto Fernández, habló sobre un “canje de deuda por acción climática”, entre otros temas ¿Cómo viste la participación de Argentina en la Cumbre?
MJ: Es interesante lo que habló porque mencionó, además, el tema de pagos por servicios eco sistémicos. Argentina recibió el año pasado 82 millones de dólares, que es bastante para los fondos climáticos, por el pago de resultados en el proceso de reducción de emisiones por deforestación evitada. Entre 2014 y 2017, se constató una reducción en la deforestación y se presentaron los procesos a la Comisión de Cambio Climático, lo que permitió el acceso a este financiamiento. Yo incito a que seamos ejemplo en lo que es la implementación, la rendición y la transparencia del uso de esos fondos, para poder ampliar este tipo de aportes. Con respecto al canje de deuda, hubo casos en la década del ´80 de canje de deuda por naturaleza, con distintos niveles de éxito. El acreedor, si va a perdonar una deuda para controlar el ambiente, tiene que supervisar y hacer una fiscalización para que esa acción se conserve. Hay que tener en cuenta que puede funcionar si la deuda es de país a país. Cuando es de país a fondo privado de inversión, ese fondo no tiene responsabilidad ambiental y no es responsable sobre lo que haga el país sobre este tema. Ahí se hace más complejo. Es una expectativa interesante. Tenemos que lograr que algunos casos funcionen muy bien para mostrarlos como ejemplo, pero no podría tener una amplitud significativa en relación a la reducción de la deuda que tenemos, que es mucho más amplia que la que podría llegar a cubrirse con este esquema.