La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) es la más importante desde el Acuerdo de París de 2015.
Es una oportunidad para que los países aumenten sus ambiciones con respecto a las metas climáticas y para poder alinear al mundo con la política de “muy por debajo de 2°C”. Pero, existen varios temas que los líderes en Glasgow deben abordar para poder finalizar el libro de reglas del Acuerdo de París.
Acuerdo Principal para revisar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) 2022-2025:
Uno de los elementos clave para la COP26 es achicar la brecha entre las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs,) actuales y limitar el aumento de la temperatura en 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales, según Chatham House, un grupo de expertos líderes mundiales en la creación de políticas.
La Unión Europea y 86 países presentaron NDCs nuevas o actualizadas, pero estas no llegan lo suficientemente lejos, ya que solo permiten limitar el calentamiento global a aproximadamente 2,4°C. Existen muchas metas de cero neto, que incluyen las de los mayores emisores de carbono como el Reino Unido y la Unión Europea, que están demasiado enfocados en el largo plazo (mitad de siglo).
Pero es probable que no se logren los objetivos a largo plazo, a menos que se tomen acciones drásticas para reducir la emisión contaminante a corto y mediano plazo. Es esencial, que todos los países presenten o revisen las NDCs para que estén alineadas con 1,5ºC.
Los países vulnerables quieren que se revisen las metas de las NDC anualmente en vez de cada cinco años. Por esta razón es que proponen un “Pacto de Emergencia Climática”, para pedirles a los países que tengan metas cada vez más ambiciosas en cada COP hasta 2025. Este plan va a ser impulsado en el Foro de la Vulnerabilidad Climática y probablemente quede plasmado en el texto de la decisión final de la COP26.
El punto de referencia final para tener un verdadero objetivo ambicioso en la COP26 será que si las NDCs revisadas se alinean con 1,5ºC. Aunque también está el riesgo de que los países no revisen sus NDCs. En este caso, deberán presentar un plan sobre cómo aumentar esa ambición.
Artículo 6 y mercados de carbono:
Este es el punto clave no resuelto del Acuerdo de París. El Artículo 6 fue diseñado para hacer posible la cooperación internacional mediante tres mecanismos distintos, dos de los cuales implican la transferencia de los créditos de carbono. Su objetivo principal es facilitarles a los países que puedan lograr sus NDCs y tener metas climáticas más ambiciosas.
Sin embargo, su complejidad ha causado justamente lo contrario. Varios desacuerdos sobre distintos temas técnicos, tales como cómo evitar la doble contabilidad de las emisiones y el uso de créditos previos que surgen del Protocolo de Kioto, o sobre si se debe asignar un porcentaje de los ingresos (SOP) para financiar la adaptación a las medidas climáticas, han paralizado las negociaciones.
Estos desacuerdos constituyen una amenaza para el potencial avance en la COP26.. La creación de un reglamento sólido para el Artículo 6 es esencial, ya que sus normas influirán en la gobernanza de los mercados internacionales de carbono. Podría destrabar financiamientos adicionales y reducir los costos de bajar las emisiones.
Asimismo, llegar a un acuerdo sobre la participación de los ingresos podría movilizar las finanzas para la adaptación a estas metas y fortalecer significativamente el apoyo a los países más vulnerables al cambio climático.
Hay una oportunidad de ir más allá de usar los mecanismos del mercado para lograr las NDCs. Para algunos negociadores de la COP, alcanzar una rápida descarbonización demandará de una acción de políticas más amplias, que vaya más allá de los mecanismos de mercado del Artículo 6. Para esto se debe desarrollar un apoyo más amplio para el mercado complementario y vías de políticas que conduzcan a reducir las emisiones en forma simultánea.
Marco de mayor transparencia:
El marco de transparencia mejorado es fundamental para el diseño, la credibilidad y el funcionamiento del Acuerdo de París. A través de él, los países usarán métodos comunes para informar tanto sobre sus propias emisiones, como sobre sus avances respecto de las NDCs.
Este marco probablemente incluya procesos para que los especialistas técnicos puedan revisar la información allí volcada y mecanismos de revisiones multilaterales entre pares. Ya que el Acuerdo de París no tiene medidas que observen su complimiento y aplicación, el mecanismo de transparencia es esencial para poder realizar relevamientos significativos sobre el cumplimiento de las metas y construir confianza entre los países.
Los países todavía tienen que ponerse de acuerdo sobre todos los aspectos técnicos de este marco. En las charlas preparatorias a la COP26, hubo algunos avances, pero aún queda mucho trabajo técnico por hacer antes de poder llegar a decisiones finales.
Poder lograr un marco común sobre los registros que facilite la transparencia y genere un ámbito de cooperación será uno de los objetivos principales de la COP26.
Mismos plazos para los registros públicos:
Los países presentaron sus NDCs bajo el Acuerdo de París, pero con distintos plazos de tiempo para alcanzar las metas climáticas especificadas. Eso dificulta la comparación y evaluación, para alcanzar los objetivos globales de temperatura. Contar con marcos temporales comunes para todos los países podría terminar con este problema, ya que los países utilizarían los mismos plazos para realizar sus informes y facilitaría la comparación de las NDCs y de la ambición global.
Hasta ahora, los países estuvieron de acuerdo con que hubiera un calendario común para las NDCs, pero aún resta ponerse de acuerdo sobre los plazos.
Dada la urgencia del cambio climático, la opción de cada cinco años pareciera ser la mejor, ya que ayudaría a evitar acciones insuficientes y también instaría a los países a aumentar su ambición con mayor frecuencia.
El período de cada 10 años o el híbrido pueden llevar a una ambición más débil, o a que los países que no presentan ningún plan de implementación significativo, incluidos los objetivos intermedios. La opción híbrida puede llevar a una situación en la que los países se confíen en que otros vayan a reducir sus emisiones.
En las conversaciones preparatorias de la COP26, casi todos los países coincidieron en que quieren llegar a un acuerdo en Glasgow, y algunos sugirieron que tienen preferencia por el período de cinco años.
Perfeccionar el proceso de inventario global:
El inventario global (GT, su sigla en inglés, global stocktake) es un proceso que apunta a revisar la implementación del Acuerdo de París y a evaluar el avance colectivo hacia los objetivos climáticos de largo plazo. Juega un papel importante en brindar a los países las bases para fortalecer sus acciones y permitir que haya una mayor ambición en sus NDCs con el tiempo.
El primer inventario global completo tendrá lugar en 2023 y se repetirá cada cinco años. La estructura del inventario global fue, en gran medida, terminada en la COP24, pero aún hay varias decisiones por tomar para garantizar que funcione efectivamente.
Los resultados más importantes que se buscan en la COP26 son llegar a un acuerdo sobre cuándo se terminará la última fase del inventario (para tener injerencia sobre las NDCs de 2025) y lograr un consenso sobre cómo se va a informar ese registro.
Los países se van a basar en la información generada por el inventario global para actualizar y mejorar sus NDCs. Este, además, es una oportunidad para informar sobre la prestación de apoyo y asistencia técnica para mejorar la acción, por ejemplo, cómo conseguir más financiamiento climático.
Financiamiento climático post-2025:
El Artículo 9 del Acuerdo de París establece las bases para el financiamiento climático para las naciones en vías de desarrollo que necesitan de dinero para poder mitigar y adaptarse al cambio climático.
Los países desarrollados se comprometieron a proveer 100.000 millones de dólares anuales entre 2020 y 2025. Este objetivo es clave en el Acuerdo de París, que establece que este monto debería dividirse 50 y 50 entre adaptación y mitigación.
Sin embargo, los países desarrollados no han cumplido con sus compromisos anuales. Se calcula que 80.000 millones de dólares fueron movilizados en 2019. Estos países tampoco pudieron demostrar que podrán honrar este compromiso en 2021, ni cómo podrán cumplirlo en el período 2022-2024.
La OCDE estima, además, que la mayor parte de los recursos económicos son usados para financiar la mitigación en vez de la adaptación a las nuevas metas. En las charlas preparatorias de julio de este año, Alok Sharma anunció que los países desarrollados publicarán un “plan claro” para movilizar los fondos en el período hasta 2025.
Esta hoja de ruta ha sido solicitada por los países vulnerables, que exigen que las naciones desarrolladas cumplan con sus promesas financieras. Se les ha encomendado a Alemania y a Canadá que lideraran el trabajo de desarrollar el plan, cuya fecha de publicación aún no se ha anunciado. Las naciones vulnerables también están pidiendo que se aclare cómo se logrará el equilibrio de los fondos 50:50 entre adaptación y mitigación, y que se les otorgue el 5% de participación de las utilidades generadas por el Artículo 6 para ser asignado a los esfuerzos de adaptación.
Honrar el objetivo de los 100.000 millones de dólares es un pre-requisito para el éxito de la COP26. Es crucial para construir la confianza entre países e incrementar la ambición. La falta de claridad de los países desarrollados en materia de financiación genera desconfianza entre los países.
Las negociaciones comprenderán dos temas principales: la provisión continua de los 100.000 millones de dólares, la prórroga del programa de financiamiento a largo plazo (LTF, por su sigla en inglés) , que debería haber terminado en 2020, y un nuevo objetivo de financiamiento climático que comenzaría en 2025.
La falta de acuerdo podría afectar a las negociaciones en una serie de ámbitos, incluida la ambición de las promesas de mitigación de los países en desarrollo. También podría romper la confianza entre los socios, lo que imposibilitaría el cierre de la brecha financiera y pondría en peligro el acceso a la financiación futura.
Pérdidas y Daños:
Pérdidas y Daños se refiere a los impactos del cambio climático que no pueden ser abordados sólo mediante la mitigación y la adaptación. Después de más de 20 años de negociaciones internacionales sobre estos temas, se estableció en 2013 el Mecanismo Internacional de Varsovia para Pérdidas y Daños (WIM, por sus siglas en inglés).
En París se ancló el WIM al Acuerdo. El LTF pretende informar a las naciones desarrolladas en sus esfuerzos por identificar vías para movilizar el objetivo de los 100.000 millones de dólares.
No obstante, el tema es, legal y políticamente, un gran desafío, con negociaciones que abarcan temas contenciosos tales como compensaciones, finanzas y migraciones. Los países desarrollados son generalmente precavidos, y a menudo combinan Pérdidas y Daños con adaptación y reducción de riesgos o con seguros.
Hay preocupación de que las normas de Pérdidas y Daños puedan hacerlos responsables de compensar a los países vulnerables por los impactos climáticos. Los países en vías de desarrollo sostienen que es necesario fortalecer la capacidad de la Convención Marcos de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para abordar estos impactos in situ de manera justa.
En la COP25 de Madrid, se acordó establecer la Red de Santiago sobre Pérdidas y Daños, que apunta a catalizar la asistencia técnica para abordar las Pérdidas y Daños en los países en vías de desarrollo.
Antes de la COP26, tanto la sociedad civil como las naciones en el G77 presionaron para que Pérdidas y Daños sea un tema central. En particular, su financiamiento. En las charlas preparatorias, los países reconocieron la necesidad de lanzar la Red de Santiago y aclarar la gobernanza del WIM.
Alok Sharma declaró que espera que el tema tenga un rol importante en la COP26 y que el Reino Unido consulta actualmente a los países acerca de la idea de designar un representante de alto nivel para ello.
La COP26 representa una oportunidad para elevar el perfil de Pérdidas y Daños en el proceso de la CMNUCC y de ponerlo permanentemente en la agenda de los órganos subsidiarios. Lograr un avance significa decidir los tipos específicos de asistencia técnica que la red brindará a los países vulnerables y la forma en la que se comprometerá con sus funciones.
Fuente: Periodistas por el Planeta