En un comunicado, las compañías destacaron que Río Negro tiene “mejores aspectos económicos para el proyecto, aún si Buenos Aires igualara los beneficios fiscales”, tras analizar los resultados de la consultora internacional Arthur D. Little, contratada especialmente para el análisis comparativo.
Explicaron que Río Negro tiene como ventaja que podrá poner en desarrollo un puerto de aguas profundas donde ingresen barcos “superpetroleros” de gran tamaño y bajen el costo del transporte, además de su mayor cercanía con la formación de shale gas Vaca Muerta.
YPF y Petronas destacron que este megaproyecto se trata de una de las iniciativas privadas “más importantes de la historia de nuestro país. Es una obra de más de US$ 30.000 millones y permitiría que la Argentina se transforme en el quinto mayor productor de GNL del mundo”.
Dijeron que la decisión sobre la locación del proyecto requirió de un trabajo técnico “muy minucioso y exhaustivo, tomando todas las variables técnicas, económicas, ambientales, geográficas, fiscales y regulatorias”.
Puntualizaron que la zona de Sierra Grande “aparece como mejor opción por la menor longitud de los gasoductos necesarios para transportar el gas natural desde Vaca Muerta; la existencia de una mayor profundidad marítima que disminuye la necesidad de dragar para lograr el calado para la operación de los buques previstos; la amplia disponibilidad de terrenos y las bajas interferencias con otras actividades sociales y económicas; la posibilidad de contar con una operación portuaria dedicada y la sinergia con el desarrollo de infraestructura local con el proyecto del Oleoducto Vaca Muerta Sur; entre otras”.
También destacaron que la provincia de Río Negro ofreció las condiciones regulatorias y fiscales necesarias para el desarrollo del proyecto. Subrayaron, en ese sentido, la “buena predisposición de todas las partes por el interés demostrado por este proyecto y el profesionalismo con el que han trabajado en sus propuestas”.