Las aves de ciudades cambian sus hábitos a tal punto que sus diferencias con especies próximas motiva su especiación o separación definitiva, el desarrollo de una nueva especie y su aislamiento.
Así lo indica una investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España, la cual ha demostrado que los entornos urbanos, pese a resultar hostiles para muchas especies, ofrecen ventajas como mayor disponibilidad de alimento, menor número de depredadores o cobijo ante temperaturas muy bajas.
Según el estudio, los individuos que logran aprovechar las ventajas del nuevo entorno crían antes y tienen más descendencia que los ejemplares de especies próximas que viven en el campo, se vuelven más tolerantes a las personas y evitan la competencia de otras especies similares.