Se trata del nuevo Plan Nacional de Recuperación y Acción para Jirafas, que cuenta con el apoyo financiero del Servicio de Conservación de la Fauna de Kenia (KWS, en inglés) y de organizaciones conservacionistas.
El programa debe desarrollarse durante los próximos cinco años e incluye cerca de 80 medidas destinadas a combatir los principales desafíos, causados o no por el ser humano, que afronta este animal: la destrucción o fragmentación de su hábitat, la caza furtiva, el cambio climático y las enfermedades contagiosas.
De las nueve subespecies de jirafa que habitan África, tres -la masai, la reticulada y la de Rothschild’s – viven en Kenia, algo que convierte al país en el “epicentro de la diversidad” de la especie, según el director general en funciones del KWS, Charles Musyoki.