Las actividades agrícolas, ganaderas y forestales que se producen en el noroeste argentino generan una importante cantidad de residuos. En el caso de Tucumán, por ejemplo, uno de los desechos más característicos y abundantes es el proveniente de la cosecha de caña de azúcar. Algunos ingenios azucareros usan esa biomasa para producir energía o quemarla en las calderas pero esto produce otro problema: una mayor emisión de dióxido de carbono.
Por eso, con la idea de aprovechar este residuo y transformarlo en un producto de uso amigable con el ambiente, investigadores del Laboratorio de Separaciones Químicas Sustentables del Instituto de Química del Noroeste Argentino (INQUINOA), del CONICET y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), trabajan en el desarrollo de filtros para potabilizar agua elaborados a partir de residuos agrícolas. El objetivo final es convertir un insumo renovable y abundante en un producto que reemplace a los filtros importados que se usan actualmente.
“En nuestra región tenemos, por un lado, una enorme disponibilidad de residuos asociados a los cultivos, como los de la caña de azúcar, el limón y la soja, y una tendencia a reciclar elementos en sintonía con el desarrollo de una economía circular. Por el otro, hay una gran necesidad de recuperar agua desde una variedad de efluentes residuales para uso doméstico e industrial. Ver esa necesidad de obtener agua limpia y la disponibilidad de residuos agrícolas fue lo que nos motivó a encarar este desarrollo”, contó a TSS el doctor en Ingeniería Química Adolfo Ávila, investigador del CONICET en el INQUINOA y líder del proyecto.
El proceso que se usa para convertir la materia prima residual en filtros para potabilizar agua se llama destilación por membrana por calentamiento directo. Al aumentar la temperatura de los tubos de carbón (que tienen propiedades electroactivas), esto permite evaporar el agua a través de la pared de los tubos y retener el cloruro de sodio cristalizado. De esta manera, se pueden obtener aguas tanto para uso industrial como doméstico, cuya concentración de sólidos disueltos debe ser menor a un gramo por litro.
(Fuente: agencia TSS)