El 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra, cuyo impulsor fue Gaylord Nelson, un senador demócrata estadounidense y activista que quería generar conciencia para crear una agencia ambiental a nivel federal en los Estados Unidos de América en 1970.
Se eligió esta fecha para que estudiantes universitarios y maestros, que apoyaban el movimiento, pudieran ir a las manifestaciones o celebraciones ese día, que estaba, generalmente, libre de exámenes u otros acontecimientos.
En el marco de una crisis sanitaria mundial sin precedentes, donde quedó en evidencia que la vulnerabilidad y las desigualdades sociales, económicas, sanitarias y ambientales se encuentran entrelazadas, Fundación Vida Silvestre Argentina refuerza la necesidad de modificar nuestra relación con la naturaleza para lograr un planeta sano con una humanidad sana.
De acuerdo al informe “COVID 19: llamado urgente para proteger a las personas y la naturaleza”, lanzado por la Organización Mundial de Conservación (WWF) y difundido en nuestro país por la Fundación Vida Silvestre Argentina, existen diversos factores ambientales que impulsan la aparición de nuevas enfermedades: el comercio y consumo de animales silvestres, la deforestación y conversión de ambientes naturales, y la expansión de actividades agrícolas y ganaderas no sustentables.
La forma en que se produce y consume, fomenta el contacto cercano con diferentes especies silvestres, lo que propicia que muchas enfermedades se traspasen de los animales a los humanos. De acuerdo con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses, de las cuales el 75% provienen de animales.
Manuel Jaramillo, Director General de Vida Silvestre, reflexionó: “Este 22 de abril reforcemos la necesidad de un Nuevo Acuerdo Global Por la Naturaleza y las Personas, orientado a un cambio de paradigma en nuestro vínculo con el planeta, para cambiar los actuales patrones de producción y consumo, detener el cambio de uso del suelo y fomentar la toma de decisiones políticas y económicas respetando los límites del planeta. Buena parte de las prácticas agrícolas, ganaderas y pesqueras son insostenibles, debemos modificarlas para producir los alimentos que requerimos conservando la biodiversidad”.
También, este año la Asamblea General de las Naciones Unidas inició la “Década de la Restauración de Ecosistemas”. Esto indica que, para cumplir los objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030 y evitar el cambio climático catastrófico que anticipa la ciencia, es necesario revertir el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero antes del 2030, porque es imprescindible restaurar ambientes y procesos ecológicos y productivos, además de conservarlos.