La ONG ecologista Greenpeace advirtió sobre los “graves peligros nucleares” que implica la guerra entre Rusia y Ucrania, tras el bombardeo del Ejército ruso sobre la ciudad de Zaporiyia, que incendió instalaciones auxiliares de la central nuclear más grande de Europa.
Desde esta organización, condenaron “energéticamente” los ataques rusos contra Zaporiyia y alertaron de las “consecuencias catastróficas”. “Los quince reactores nucleares del país dedicados a la generación eléctrica, entre ellos esta planta, la más grande de Europa, están en riesgo de sufrir daños potencialmente catastróficos que podrían dejar parte del continente europeo, incluida Rusia, inhabitable durante décadas”, aseguró la ONG.
Un estudio de Greenpeace analizó recientemente el caso concreto de esta central nuclear, en la que hay “seis grandes reactores y seis piscinas de refrigeración con cientos de toneladas de combustible nuclear altamente radiactivo”.
Según este estudio, la seguridad de Zaporiyia está “gravemente comprometida por la guerra”, aunque se considera “poco probable” que la planta sea un objetivo deliberado, “dado que la liberación nuclear podría contaminar gravemente a los países vecinos, incluida Rusia”. Sin embargo, pueden producirse accidentes que dañen no solo el reactor, sino también los sistemas de apoyo de la central.
“En el caso de un bombardeo accidental y ciertamente en caso de un ataque deliberado, las consecuencias podrían ser catastróficas, mucho más allá del impacto del desastre nuclear de Fukushima en 2011”, señalaron los activistas, que pidieron el fin de la guerra como solución a la “amenaza nuclear sin precedentes” que plantea la invasión militar.
Fuente: www.efeverde.com