xisten hoy, aproximadamente, más de 139 edificios de madera en masa en todo el mundo – de ocho pisos o más – ya sea terminados, en construcción o propuestos, según datos del Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH, por sus siglas en inglés) La gran mayoría de estos proyectos están en Europa y América del Norte. En América Latina, también se largó la carrera, con obras en marcha y proyectos en Chile, Uruguay, Brasil, Perú y México. En Argentina – a pesar del gran desarrollo que hubo en la última década – aún falta nomenclatura estandarizada, políticas públicas, desmitificar mitos arraigados sobre la madera, su uso y origen, capacitación y otras áreas que FAIMA y sus cámaras pueden liderar hacia el que sería el primer edificio de mad era de nuestro país.
Las ciudades son la causa y la solución en la lucha contra el cambio climático. Responsables del 70% de las emisiones de carbono, las áreas urbanas albergan hoy el 55% de la población mundial, con más 4.200 millones de habitantes. Una tendencia que irá en aumento: en 2050, se estima que 7 de cada 10 personas —de los 9.700 millones de habitantes en el mundo— vivirán en ciudades. Las metrópolis absorberán casi todo el crecimiento futuro de la población mundial. Esto va de la mano con las nuevas necesidades de habitar esas ciudades. Cómo lograr que se tengan usos y costumbres amigables con el ambiente, cómo elegir los materiales menos nocivos, cómo cambiar los hábitos, aprender a reducir la huella de carbono y cultivar nuevas formas de vinculación social. Simple, con madera.
En este contexto, la acción climática demanda con urgencia poner en utilización efectiva diversos biomateriales más amigables con el medio ambiente y, sin dudas, la construcción con madera está considerada como una de las soluciones más asequibles. Incluso la ONU, en su informe “Materiales de construcción y el clima: Construyendo un nuevo futuro” expresa la necesidad mundial de cambiar, preferir y utilizar madera y otros materiales biológicos para frenar la degradación de los ecosistemas, lo que podría representar ahorros de emisiones de hasta un 40% para 2050. La construcción de proyectos “verdes” no solo minimiza el impacto ambiental de la construcción actual, sino que también será rentable a largo plazo.
Los países nórdicos de Europa, España, Canadá, Estados Unidos, Japón y Australia – entre otros – son hoy pioneros en lo que respecta a la construcción con madera en general, con estándares muy exigentes en cuanto a sostenibilidad del medio ambiente y el bienestar de las personas y su entorno.