Santiago del Estero es la provincia con más desmontes del país de las últimas décadas. Según datos oficiales, entre 1998 y 2022 en la provincia se deforestaron 2.052.583 hectáreas de bosques nativos. Cabe advertir que, posteriormente a la sanción de la Ley Nacional de Bosques en noviembre de 2007, en la provincia se desmontaron más de 1 millón de hectáreas.
Es por eso que activistas de Greenpeace se reunieron en la puerta de las oficinas que la provincia tiene en Buenos Aires para protestar contra los desmontes. Desplegaron un cartel a 7 metros de altura con la leyenda “Santiago del Estero: Exceso de desmontes”, el cual cubrió la entrada a las oficinas. Además, denuncian que el gobierno de Gerardo Zamora viola sistemáticamente la Ley Nacional de Bosques, con el caso Manaos como claro ejemplo.
“Es inaceptable la impunidad que hay para deforestar en Santiago del Estero. Es evidente la complicidad del gobierno provincial, que autoriza desmontes para ganadería intensiva donde la Ley Nacional de Bosques no lo permite, lo que afecta seriamente a la rica biodiversidad de los bosques del Gran Chaco y los territorios de familias campesinas e indígenas”, afirmó Diego Salas, Director de Programas de Greenpeace Andino.
Un claro ejemplo de la violación de la normativa forestal nacional en Santiago del Estero son los desmontes que viene realizando los dueños de la marca de gaseosas Manaos, que con permisos irregulares otorgados por el gobierno provincial ya arrasaron más de 12.000 hectáreas de bosques, una superficie equivalente a la de media ciudad de Buenos Aires.
Greenpeace detectó, mediante la comparación de imágenes satelitales, que entre agosto de 2022 y septiembre de 2024, desmontaron 11.900 hectáreas en su estancia “Algarrobal Viejo”, ubicada a 45 kilómetros de Nueva Esperanza y 290 hectáreas en otra finca localizada a 10 kilómetros de Quimilí. La organización ecologista protestó recientemente en ambas propiedades.
“Resulta clave proteger nuestros últimos bosques frente a la grave crisis climática y de biodiversidad en la que nos encontramos. Los desmontes ponen en peligro de extinción a especies como el yaguareté. Destruir bosques debe convertirse en un delito penal. Mientras tanto, las topadoras de Manaos no paran, por lo que convocamos a la gente a ayudarnos a frenar este ecocidio”, finalizó Salas.