En su informe “Adaptación al cambio climático y reducción del riesgo de desastres en Europa“, presentado ante el Comité Europeo de las Regiones en Bruselas, la AEMA revisa el impacto de los desastres naturales en el continente y señala varias posibilidades de coordinación entre políticas de adaptación y prevención de catástrofes.
El mismo advierte que las olas de calor extremas (más extendidas en el tiempo y con un impacto más profundo que las regulares), como la que tuvo lugar en Francia en 2003, sucederán una vez cada dos años según las proyecciones, y los países del sur de Europa serán los más afectados.
Las mismas áreas sufrirán el impacto de unas sequías “más severas y frecuentes”, mientras que los incendios forestales mantendrán su prevalencia en todos los países del entorno Mediterráneo y se extenderán hacia el norte en las últimas décadas del siglo.
En su intervención, el director de la AEMA, Hans Bruyninckx, mencionó las más recientes catástrofes climáticas en el continente, como el huracán Ofelia, que afectaba a Irlanda y el Reino Unido, y los incendios forestales en España y Portugal.