Por el Lic. Inti Bonomo – Responsable de la Lic. en Gestión Ambiental de UADE
Desde hace varias semanas, los incendios en distintas partes de Argentina han generado revuelo en las noticias y en las redes sociales, siendo los focos principales la zona del delta del Paraná, con humedales, y las sierras de Córdoba, donde se queman bosques. Se calcula que hay alrededor de 175.000 hectáreas incendiadas.
En Córdoba, se estima que el miércoles 26 se llegó a 40.000 hectáreas arrasadas, aproximadamente. No hay razones claras en cuanto a por qué se produjeron; sin embargo, es una posibilidad que no hayan sido intencionales. Sin importar las causas, la prevención y el control deben aumentar para disminuir el impacto de las consecuencias.
No obstante, los incendios de humedales suceden desde hace ya un tiempo, y en este caso la causa pareciera estar vinculada a malas prácticas de “quema” – cuando se “limpia el terreno” para luego introducir el ganado. El problema es que, al estar en una situación de sequía, el fuego no fue bien controlado, lo que provocó grandes incendios.
Tal es la magnitud que incluso el AMBA amanece con humo varios días a la semana, aunque los residentes de algunas ciudades de Santa Fe o del norte de Buenos Aires ya estaban acostumbrados. Lo que no es para sorprenderse, puesto que distintas organizaciones calculan que, entre todas las regiones afectadas, ya suman unas 175.000 hectáreas quemadas.
Por más de que en el país se esperan las lluvias, existe otra dificultad. El cambio climático aumenta la frecuencia e intensidad tanto de sequías como de tormentas, y tanto los bosques como los humedales pueden regular hídricamente una región, es decir, absorber agua. Con los incendios en estos ecosistemas, esa capacidad de regulación hídrica se pierde. Entonces, al llegar las lluvias, pueden provocarse inundaciones en pueblos o ciudades.
En el Congreso se están promoviendo dos leyes, cuya finalidad es mejorar la gestión ambiental durante estas problemáticas. Una es la reforma de la ley de bosques, y la otra, la ley de humedales. Lo importante es que ambas contienen, en algunas versiones, tipificaciones penales para aquellos que cometan delitos ambientales. Al localizar a los culpables, se podría accionar de manera concreta frente a problemáticas de esta magnitud, que afectan tanto a las personas como a los productores que trabajan correctamente.