En una muestra histórica de cooperación internacional, más de 160 países se comprometieron a enfrentar una de las mayores amenazas químicas a la salud durante la primera Conferencia de las Partes (COP1) en el Convenio de Minamata sobre mercurio, el primer tratado sobre medio ambiente y salud de la última década.
Muchos países prometieron apoyo político y financiero para ayudar a reducir y eliminar el mercurio, un metal pesado que afecta a la salud de millones de personas en todo el mundo desde Guyana y Kiribati hasta Uganda y Japón.
En su discurso de apertura, la Presidenta de la Confederación Suiza, Doris Leuthard, describió al Convenio de Minamata como un éxito del multilateralismo. “Esta es una solución global a un desafío global. De ahora en adelante el nombre de Minamata ya no se asociará sólo con un problema, sino con una solución”, dijo.
Al abrir el segmento de alto nivel, Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente, dijo que para abordar realmente el problema del mercurio, las soluciones debían integrarse en las estrategias de salud pública y medioambiental a todos los niveles e incorporadas en una agenda de control de la contaminación más amplia. Solheim exhortó a los ministros y delegados a utilizar el trágico legado de Minamata para impulsar el Convenio.