El cambio climático está afectando negativamente a diversas especies animales en distintas partes del mundo. Una de ellas es la perdiz nival o lagópodo alpino del pirineo, un ave de alta montaña que depende del mimetismo de su plumaje para evitar a sus predadores.
Esta perdiz va mudando sus plumas para confundirse con la escena del bosque que habita: las mismas son ocres y doradas en otoño, salpicadas de blanco a finales de esa estación y lucen un color blanco puro cuando llega el invierno y la nieve cubre todo el paisaje.
Pero la escasez de nieve en las cumbres está despojando a esta ave de su principal ventaja evoilutiva, y hoy es presa sencilla de zorros y águilas reales. Según diversos etólogos, una suerte similar están padeciendo el armiño, el gorrión alpino y el escribano nival.