El campo argentino cada vez muestra más interés en participar y desarrollar los mercados de carbono, tanto dentro de nuestro país como en toda América Latina. En su rol de protagonista principal – al ser plataforma necesaria para las llamadas Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) – los proyectos que tienen al agro como eje central prometen un futuro muy auspicioso. Desde ganadería regenerativa y producción agrícola mejorada, hasta forestación, conservación, reforestación y uso mejorado de bosques, los tipos de iniciativas que se pueden hoy desarrollar en el sector rural argentino se multiplican en todas las provincias.
Creada a mediados de 2022 con el objetivo de posicionar a la Argentina en los mercados de carbono a nivel regional y global – entendiéndolos como un mecanismo concreto y transparente para canalizar financiamiento a las acciones climáticas necesarias para mitigar el cambio climático – la hoy MESA ARGENTINA DE CARBONO, con una trayectoria de tan solo dos años, es una referente en el país.
De modo de poder representar a más sectores productivos que participan de los mercados de carbono, es que sus miembros decidieron ampliar su círculo de acción, en esta nueva etapa, a todo el campo argentino. “Los más de 40 integrantes que conforman hoy la MESA trabajan en la conservación, manejo mejorado y restauración de bosques nativos y en la producción forestal, agrícola y ganadera. La Mesa está integrada por la gran mayoría de las empresas y personas que actualmente están desarrollando proyectos de captura de carbono de Soluciones Basadas en la Naturaleza, integradas en el sector del agro, bosques y otros usos del suelo (AFOLU por sus siglas en inglés). En este ámbito solamente, existen actualmente proyectos de carbono forestal en etapa de evaluación, desarrollo y certificación por un total de 400.0 00 hectáreas (20 veces más que la superficie actual)” explica el Coordinador de la Mesa, Juan Pedro Cano.
“Es más, estos proyectos permitirían capturar y prevenir emisiones por un total aproximado de 50M de toneladas de CO2, lo cual equivale a más del 60% de la meta de reducciones de emisiones a 2030 establecida por Argentina en su Plan Nacional de Bosques y Cambio Climático el cual es parte del compromiso de reducción de emisiones presentada por Argentina ante Naciones Unidas” afirma el directivo.
“Decidimos compartir nuestros objetivos con más actores del campo argentino porque era el momento exacto y porque nuestro trabajo se hizo muy notorio como referente indiscutido dentro del sector forestal. Desde allí la expansión al agro en general fue una consecuencia lógica. Evaluamos, además, continuar creciendo en otros rubros y sectores productivos, porque creemos que Argentina tiene grandes recursos y capacidades para potenciar y desarrollar una muy interesante oferta y demanda de proyectos de carbono que tendrán impactos ambientales, sociales y económicos en distintas regiones del país” profundiza Cano.
De los más de 12.000 proyectos registrados a nivel global tan sólo 61 fueron en Argentina, lo cual representa el 0.5% del total de ellos. Ello refleja que el marco político y normativo actual no estaría promoviendo e incentivando el desarrollo de proyectos de captura y reducción de emisiones a pesar de las grandes posibilidades que existen, y a pesar de las experiencias que ya se han desarrollado en el país. “En la MESA hemos elaborado un proyecto de normativa para brindar seguridad jurídica y transparencia internacional de los mercados de carbono en Argentina, el cual está siendo trabajado con equipos del legislativo y ejecutivo nacional” augura el coordinador.
En su camino hasta el presente, la Mesa se ha vinculado con expertos nacionales e internacionales para poder enriquecer las propuestas normativas y de políticas para los mercados de carbono en Argentina. Es así que junto a ASOCARBONO de Colombia y Aliança Brasil NBS fundó la primera RED LATINOAMERICANA DE ASOCIACIONES DE MERCADOS DE CARBONO, con el objetivo de intercambiar experiencias y lecciones aprendidas en los distintos países, así como apoyar acciones y posiciones en común para promover mejores condiciones para los mercados de carbono en la región.
Además, la Mesa ha participado de numerosos eventos, convenciones y ferias en todo el país y en el mundo. Sus integrantes participaron de la COP27 que se realizó en Egipto y de la COP28 en Dubái. Asistieron también a la CLIMATE WEEK que se realizó en Estados Unidos, del B20 en India y en la 5ta Cumbre del Clima en Colombia, entre otras conferencias y encuentros de debate.
Su simposio sobre “Mercados de Carbono: una oportunidad para el sector forestal en Argentina y Latinoamérica. La experiencia y proyección internacional, regional y local” fue protagonista absoluto y uno de los temas más destacados y con mayor afluencia de público del VIII Congreso Forestal Latinoamericano (CONFLAT) y V Congreso Forestal Argentino, que se realizó en Mendoza en marzo de 2023. Participó dos veces del ARGENTINA CARBON FORUM y también de las dos últimas ediciones de la Expo Rural de Palermo y de Expoagro.
LOS MERCADOS DE CARBONO EN EL MUNDO Y LA REGIÓN
A nivel global existen más de 12.000 proyectos de captura y reducción de emisiones certificados y registrados bajo estándares internacionales. A pesar de que sólo el 6% de dichos proyectos son de SBN, en los años 2021 y 2022 este sector comercializó el 46% de todo el volumen de transacciones del mercado voluntario. El valor de los mercados casi se cuadruplicó en 2021 y 2022 impulsado por proyectos SBN (usd10 mil millones totales desde 2005 y usd2 mil millones anuales sólo en 2021 y 2022).
En los últimos 5 años en Latinoamérica se emitieron el 22% de los créditos de carbono emitidos en todo el mundo, provenientes de un total de 457 proyectos, siendo así la segunda región proveedora de reducciones de emisiones certificadas. Pero si se observan solamente los proyectos de SBN, el 50% de los créditos fueron generados en esta región.
Los proyectos de carbono de SBN promueven la conservación, uso sustentable y restauración de bosques nativos, el desarrollo de plantaciones forestales y el manejo mejorado de forestaciones y producciones agropecuarias existentes, generando así no sólo impactos positivos en los ecosistemas y el ambiente, sino también en las comunidades locales y titulares de tierras mediante ingresos económicos adicionales.