Por: Arq. Federico García Zúñiga – Andima (Asociación Nacional de Industrias de Materiales Aislantes).
Vivimos en una época en la que la conciencia ambiental está en el foco de atención y sobre todo de las nuevas generaciones. La preocupación por el cambio climático y la necesidad de reducir la huella de carbono se han convertido en temas centrales en la sociedad. En este contexto, el uso racional y eficiente de la energía surge como una solución clave para abordar estos problemas globales y transformar la forma en que vivimos y trabajamos.
La creciente conciencia ambiental ha llevado a un aumento significativo en la adopción de estrategias y acciones para el uso racional de la energía en todo el mundo, y el sector de la construcción no se queda atrás. Cada vez más profesionales están adoptando prácticas eficientes como parte de sus estrategias constructivas.
Las estrategias constructivas de edificios y viviendas es lo que influye directamente en el consumo de la energía de los habitantes. Aproximadamente el 34% de la energía que se consume en Argentina corresponde a espacios habitables, como ser viviendas, comercios, oficinas, espacios de recreación, salud, entre otros. Y en especial en los hogares argentinos el 50% del consumo de energía es por la climatización de los ambientes. Es decir que, en promedio, la mitad de lo que cada usuario consume de energía se debe a refrigerar o calefaccionar la casa” “Esto convierte al sector de la construcción en uno de los de mayor impacto sobre el consumo de energía; pero por otro lado el que ayudaría muy eficazmente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Datos que alarman
Según la ONU las emisiones provenientes del funcionamiento de los edificios en el mundo alcanzaron su nivel más alto en 2019, destacando que el sector está desaprovechando su enorme potencial para frenar el cambio climático y contribuir significativamente a los objetivos del Acuerdo de París. Por su parte el Informe de estado global 2020 sobre los Edificios y la Construcción, de la Alianza Global para los Edificios y la Construcción (GlobalABC), sostiene que, si bien el consumo global de energía de los edificios se mantuvo estable de un año a otro, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía aumentaron a 9,95 gigatoneladas de CO2 en 2019. En total, el sector produjo 38% de las emisiones globales de CO2, si se consideran las emisiones de la industria de la construcción y las emisiones vinculadas a la operación de los edificios.
El impacto de la construcción
En el caso de la instalación de materiales de aislación térmica eficiente – Lana de vidrio, Poliestireno Expandido y Poliuretano – en la envolvente de una vivienda –techos, muros, pisos- estos se convierten en la mejor decisión para no sólo conseguir el confort térmico dentro del hogar, sino también ser responsables con el medioambiente. La aislación térmica eficiente supone un ahorro de hasta un 35% en el consumo de energía de un hogar y hasta un 70% en las facturas sobre la luz y el gas consumidos para climatizar un hogar. Estos aspectos ponen a la luz que el sector de la construcción en la Argentina tiene un gran trabajo por delante, con respecto a la eficiencia energética y colaborar con hacer crecer la conciencia ambiental. El sector de la construcción puede contribuir través de la incorporación de materiales aislantes térmicos eficientes, con la reducción de emisiones y colaborar con frenar el cambio climático.
La eficiencia energética y la conciencia ambiental están intrínsecamente relacionadas. A medida que más personas y profesionales del sector adopten estos materiales de aislación térmica eficiente, estaremos avanzando hacia un futuro más sostenible para todos.