La decisión del presidente nortemaricano Donald Trump de salir del Acuerdo de París hará que Estados Unidos se aísle del mundo. Pero eso no implicará, de todos modos, que el país deje de tener de compromisos de reducción de emisiones. Así lo explica Ana Di Pangracio, directora adjunta de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), con quien conversamos al respecto.
Hasta que se concrete la salida de Estados Unidos pasarán tres años, ¿qué pasará mientras tanto?, preguntamos a Di Pangracio.
Por un lado, el grupo de países que siguen siendo parte del Acuerdo de París tratará de contribuir con las metas y los objetivos planteados. El foco estará puesto en que las naciones más poderosas ayuden a las emergentes a contar con las tecnologías y los recursos humanos y financieros necesarios. Y por otro, Estados Unidos aplicará sus políticas locales con vía libre para retroceder en sus niveles de protección ambiental, lo que provocará el recelo de otros países. A nivel global, la gran mayoría de las naciones se mantendrá en la Convención de Cambio Climático y el Acuerdo de París.
¿La decisión de Trump representa verdaderamente el sentir del pueblo norteamericano?
Al justificar la medida diciendo que él representa a la gente de Pittsburgh y no a la de París (como si el Acuerdo de París no fuera mundial), Trump le habló a sus votantes. Dado que tiene dificultades para cumplir con algunas de sus promesas (como ponerle fin al ObamaCare o aumentar las restricciones migratorias), presentó este anuncio como un logro para su público, que posiblemente descrea del cambio climático y de los acuerdos internacionales. Pero hay otra parte importante de la población norteamericana que se ha movilizado en apoyo a la ciencia y al cuidado del medio ambiente.