“Ante la demanda de la sociedad por una operación sustentable y sostenible emerge la necesidad de incorporar indicadores y ratios medibles -como parte de la información pública de las entidades- con el fin de establecer reglas de medición y normas de gestión específicas que muestren, en los hechos, estos logros por parte de los distintos actores involucrados“, comenta Alejandro Chiappe, socio líder de Advisory en Grant Thornton Argentina y referente de Sustentabilidad y ESG.
Es así que los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) comenzaron a resonar con fuerza, ya que proporcionan clasificaciones específicas en materia de sostenibilidad empresarial que la RSE no brindaba.
Sin embargo, no fue hasta el año 2004 que este concepto fue oficialmente mencionado en el informe conjunto de la ONU e instituciones financieras, “A quién le importa, gana” (Who cares wins). “La aplicación de políticas ESG y su demostración tiene también impactos económicos y de capital abriendo la puerta al acceso a fondos en mercados de capitales orientados al financiamiento de estas iniciativas con costos altamente competitivos.”
Similitudes y diferencias entre RSE y ESG
Los dos enfoques de sostenibilidad priorizan la preocupación en el ambiente y la sociedad en la que opera la empresa. Una organización puede implementar ambos considerándolos complementarios, ya que colaboran con la gestión del impacto de la organización en su comunidad.
En relación a las diferencias, la RSE tiene un fuerte sustento en lo filantrópico y ético y se centra más en las acciones voluntarias que van más allá de las exigencias de la ley. En cambio, el ESG, surge -desde la comunidad inversora- para identificar los rendimientos ajustados al riesgo (en base a una matriz de factores ambientales, sociales y de gobernanza) y destacar la relevancia para las oportunidades de capital.
Dado que el enfoque implica objetivos medibles, los reportes de sostenibilidad basados en ESG permiten presentar datos cuantitativos. En contraposición, aquellos basados en RSE, presentan información cualitativa sobre el impacto social y sirven para comunicar externamente los objetivos y logros con respecto al desarrollo sostenible.
“La integración de los elementos de ESG en las prácticas empresariales se ha vuelto fundamental en el panorama actual. Las empresas que adoptan un enfoque responsable y generan un impacto positivo en su entorno tienen mayores posibilidades de construir una reputación sólida, atraer inversionistas comprometidos y generar resultados financieros sostenibles a largo plazo“, sostiene Chiappe.
El potencial de promover la ESG a través de los impuestos – Panorama en Argentina
“En Argentina, la implementación de normativas tributarias relacionados con la sustentabilidad se encuentra relegada por otras cuestiones económicas y fiscales que ocupan la agenda. Sin embargo, algunos distritos cuentan con regulaciones que otorgan beneficios o incentivos a las prácticas e iniciativas amigables con el medioambiente y la sustentabilidad en las operaciones“, comenta Julia Adano, Socia líder de Impuestos de Grant Thornton Argentina.
En este sentido, en CABA, por ejemplo, existe el Programa de ‘Incentivos a la Mejora Ambiental de las Empresas de la Ciudad con el Impuesto Inmobiliario y Tasa Retributiva de Servicios de Alumbrado, Barrido y Limpieza, Mantenimiento y Conservación de Sumideros’, que otorga descuentos en el pago de los impuestos para las empresas que cumplan con requisitos de consumo energético responsable y/o de cuidado ambiental. “El Gobierno de la Ciudad también cuenta con una política de posicionamiento en contrataciones públicas, que da preferencia y pondera con un mayor puntaje a las empresas que llevan a cabo políticas ESG relacionadas con la igualdad de género”, destaca la ejecutiva.
A nivel país, existen diferentes leyes y decretos que promocionan la producción y el uso de energías renovables. “Una de las que podría beneficiar a empresas y sujetos de cualquier industria podría ser la Ley Nacional de Generación Distribuida. Ésta fomenta la generación de energía por fuentes renovables para el autoconsumo y la inyección de excedentes a la red mediante certificados de crédito fiscal y el otorgamiento de préstamos, incentivos, garantías y aportes de capital para la implementación de sistemas de generación distribuida de origen renovable.“