En tiempos modernos se conceptualizó equívocamente al huemul (Hippocamelus bisulcus) como una especie adaptada al bosque y exclusivamente a la alta montaña, con ambientes rocosos y fuertes pendientes. Ahora, un estudio de investigadores del CONICET y colegas, publicado en la revista Conservation, pone en crisis este concepto asegurando que el huemul no es distinto a otros cérvidos y que la causa de su disminución extraordinaria se debe a la presión antrópica histórica y prehistórica que resultó en su expulsión de buena parte de su territorio original en la península patagónica y lo dejó sobrevivir exclusivamente en refugios del bosque andino alto.
“Esta especie refugiada perdió entonces sus tradiciones migratorias (ciclo cultural de traslado de invernadas a veranadas) y su acceso a diversos hábitats como praderas y vegas, modificando sus prácticas alimentarias”, afirma Werner Flueck, primer autor del trabajo e investigador del CONICET en el Parque Nacional “Nahuel Huapi”, que depende de la Administración de Parques Nacionales.
Se estima que de la metapoblación original en Argentina solo quedan, actualmente, entre trescientos cincuenta y quinientos huemules, fragmentados en unos sesenta grupos a lo largo de 1800 km de los Andes, con uno de los grupos poblacionales más destacados en el Parque Protegido Shoonem, Alto Rio Senguer, en la Provincia de Chubut, donde se desarrollan tareas de investigación con el apoyo de la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia del Chubut.
“La pérdida de las tradiciones migratorias del huemul a raíz de la sobrecacería en el pasado y el establecimiento de poblaciones humanas en zonas habitadas por estos animales puso a esta especie en peligro de extinción”, indica Flueck. Y agrega que la reclusión obligada a regiones de los Andes, en zonas clasificadas como veranadas, sería un factor que explicaría la disminución de su población y la alta proporción de ejemplares con afección del esqueleto y baja longevidad.