Shijiazhuang, una de las ciudades más seriamente afectadas por el smog en el norte de China, se ha impuesto la meta de reducir la densidad de partículas finas en más de un 20 por ciento. El gobierno local, por su parte, ha aprobado un plan de acción para la prevención de la contaminación del aire en 2017.
Según el proyecto, la metrópolis china reducirá su densidad media de partículas en suspensión (PM2,5) en un 20,2 por ciento. Para finales de este año, la densidad de PM2,5 deberá haber bajado a 79 microgramos por metro cúbico (µg/m3).
Además, el núcleo urbano reducirá la producción de hierro en 520.000 toneladas (Tn), y la producción de cemento en, por lo menos, 3,5 millones de Tn. Asimismo, el carbón será reemplazado por gas y electricidad en el centro de Shijiazhuang.