La nueva ley, que entrará en vigor en 2018, establece un impuesto a la contaminación atmosférica, del agua y por los residuos de carbón y peligrosos. Los críticos se preocupan por los ingresos perdidos una vez que este sistema anterior de tasas de descarga de emisiones sea abolido.
La norma impone una tasa impositiva de 1,2 yuan (es decir, 0,17 dólares) por unidad de contaminación atmosférica; 1,4 yuanes por unidad de contaminación del agua; 5 yuanes por tonelada de residuos de carbón; y 1.000 yuanes por tonelada de “residuos peligrosos”. Los contaminadores del ruido industrial también serán regulados.