Bodega Trivento obtuvo en abril su certificación como Empresa B, que usan el poder de los negocios para desarrollar una economía más inclusiva y sostenible, y reafirmó su compromiso en temas referidos al ambiente, la comunidad y la gobernanza empresarial.
La sustentabilidad está presente en todos los procesos y se visibiliza en la estrategia de negocios de la compañía. En 2018, la bodega fue pionera en asumir metas concretas y medibles para dos Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y, a partir de ese momento, incorporó año a año nuevos compromisos en otros ODS.
En los últimos años, Trivento puso sus esfuerzos en 4 desafíos globales: educación, cambio climático, cuidado del suelo e integridad empresarial. La disminución de los gases de efecto invernadero también es otra de las grandes preocupaciones de la bodega. Para ello, certificó la norma ISO 14.001 de gestión ambiental e instaló la planta fotovoltaica más importante de la industria vitivinícola de Argentina, que le permitirá reemplazar el 10% de su consumo de energía por energía limpia.
“Nos llena de orgullo ingresar a la comunidad de Empresas B Certificadas. Llevamos varios años en el proceso de gestionar el impacto que tienen nuestras acciones, queremos compartir nuestras experiencias y estamos deseosos de aprender de las buenas prácticas de otros”, explicó Mónica Caamaño, gerente de Asuntos Corporativos.