El gobierno firmó los contratos para construir el primer tramo del gasoducto Nestor Kirchner, la obra que permitirá ampliar el traslado del gas de Vaca Muerta. Según la posición de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), este suceso, abre un escenario interesante para tener un debate integral sobre la matriz energética del país
Ariel Slipak, Director del Area de Investigación de FARN, habló de este y otros temas con Pablo Gago y equipo en el programa Futuro Sustentable, AM 1220, radio EcoMedios.
Futuro Sustentable: La necesidad de contarctcon más gas es una realidad, pero teniendo en cuenta de que deberíamos avanzar hacia una matriz energética más sustentable, ¿cómo ve la FARN la construcción del gasoducto Néstor Kirchner (NK)?
Ariel Slipak: El mundo necesita reducir el uso del petróleo, el gas y el carbón. Pero decir que no hay que hacer el gasoducto es diferente. Hay que pensar por qué se está haciendo el gasoducto.
Uno se indigna con Europa y Alemania, en particular, porque está quemando carbón y retrocediendo en la necesaria desfosilización.
Argentina tiene que ser parte de la defosilización energética, para tener una matriz más soberana tiene que diversificar fuentes e incluso, para reducir la tarifa de los consumidores, también tiene que transicionar hacia renovables solar y eólica que son las energías del futuro. Pero nuestro país tiene que tener una infraestructura adecuada para las renovables.
Pensar en producir gas para reducir las importaciones del gas de Bolivia y circunstancialmente del gas licuado, y solucionar el tema de la restricción externa ampliando la infraestructura de distribución del gas en la Argentina, es una respuesta de corto plazo. Y profundiza la falta de diversificación de la matriz energética primaria.
FS: Si queremos transportar lo producido por las renovables, por ejemplo, en la Patagonia, no tenemos cómo hacerlo porque no hay línea de trasmisión. ¿No tenemos una política energética a largo plazo?
AS: Exacto. En la Fundación no nos oponemos al gasoducto como a veces se piensa. Lo que decimos es que, la construcción del gasoducto es la única respuesta para dejar de importar gas de Bolivia y dar servicios básicos a miles de argentinos que no los tienen, cunado no hay una propuesta de transición energética. Se habla todo el tiempo de electromovilidad cuando no hay una política clara de desarrollo de infraestructura de carga a partir de renovables. Y así sucesivamente.
Por ejemplo, si queremos incorporar la energía de las renovables que son intermitentes, también hay que hacer un plan para lidiar con este problema. O con la red de generación distribuida. La falta de todos estos planes hizo que el gasoducto fuera la solución de corto plazo posible.
FS: ¿No pensás que el gas puede ser ese combustible de transición?
AS: Hay académicos que dicen que el gas es una energía puente. Para nosotros es un puente a ningún lado. Puede ser positivo que en China amplíen la infraestructura del gas para dejar de quemar carbón y tener menos casos de cáncer en la población. Pero Argentina está en el número 14 como emisor histórico de gases de efecto invernadero acumulados, y debe responder a sus contribuciones.
Si queremos solucionar el problema de las tarifas y la carencia de energía tenemos que subirnos a la tecnología que viene y no a la tecnología que se va.