Ayer, en el marco de su intervención en la apertura de la COP29, Argentina dejó clara su posición: rechazo a “cualquier intento de imposición de obligaciones que atenúen contra nuestras necesidades económicas”, destacando que “la cuestión climática debe ceñirse a los avances científicos basados en la evidencia sólida, sin dogmatismos de ninguna índole”. Con el foco puesto en que el país “solo” produce el 0,9% de las emisiones y no en que es uno de los 25 mayores contribuyentes al calentamiento global. El discurso busca posicionar a Argentina como “proveedor de servicios y productos para la descarbonización mundial”. En este contexto, se enfatiza: “la agricultura es parte de la solución y no del problema, y llamamos a aquellos que buscan demonizar estas actividades, posicionándolas como las contaminantes, a basar sus argumentos en la ciencia”.
“A pesar de representar solo el 0,9% de las emisiones globales, la Argentina ha demostrado un compromiso superior al buscar reducir más que proporcionalmente sus emisiones. En esta línea, destacamos que nuestro país, dados sus recursos naturales y humanos, tiene el potencial de ser proveedor de servicios y productos para la descarbonización global”, planteó la delegación argentina, enviada por el nuevo canciller Gerardo Werthein.
En su intervención en la apertura de la COP29, la delegación argentina ratificó el rechazo a las “imposiciones” de organismos multilaterales, anticipó que el país impugnará “cualquier intento de imposición de obligaciones que atenten contra nuestras necesidades de desarrollo económico” y opinó que “todas las consideraciones relativas a la cuestión climática deben ceñirse a los avances científicos basados en la evidencia sólida, sin dogmatismos de ninguna índole”.
El punto que parece clave de la participación del país es el rechazo a metas y programas definidos de manera exógena, con una particular defensa de las actividades agropecuarias: “La República Argentina defiende su derecho inalienable a definir sus propios esfuerzos de manera soberana, teniendo en cuenta sus particularidades y prioridades locales. A modo de ejemplo, nuestro sistema agrícola-ganadero sostenible nos posiciona como uno de los grandes productores de alimentos seguros y asequibles. En este sentido, reafirmamos que la agricultura es parte de la solución y no del problema y llamamos a aquellos que buscan demonizar estas actividades, posicionándolas como las más contaminantes, a basar sus argumentos en la ciencia y contemplar que el logro de la seguridad alimentaria se encuentra entre las principales prioridades de la humanidad y está presente en la Convención Marco”.
Este rechazo no impide que el país ignore las obligaciones asumidas en los distintos tratados. “En cumplimiento de los compromisos asumidos, la Argentina se encuentra trabajando en los reportes climáticos que debe presentar, en su próxima Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) y en el Informe Bienal de Transparencia (BTR)”, consignaron.
El sesgo político del gobierno de Milei se expresó también en un párrafo en el que invita a cambiar el modo en que se discute en la propia COP. “La República Argentina ha participado constructivamente durante todas las Conferencias de las Partes, siendo sede inclusive en dos ocasiones. Tras 29 años debemos repensar el modo en que se desarrollan estas Conferencias de las Partes. Entendemos que es natural que los países, de acuerdo a su desarrollo, tengan distintas posiciones. Por esta razón, consideramos necesario resolver la cuestión de las reglas de procedimiento para que todos los países puedan expresar su disenso y dejarlo asentado cuando lo consideren oportuno. Consideramos que el multilateralismo nos puede ayudar a alcanzar importantes logros, pero no debe volverse un instrumento que limite las libertades y vulnere la soberanía nacional”, dice el texto diplomático argentino.
“Como sostuvo el presidente Javier Milei ante la Asamblea General de Naciones Unidas, la República Argentina rechaza la imposición de regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron gracias a hacer lo mismo que hoy cuestionan”, remarca la presentación.
En un párrafo final, va contra las trabas para arancelarias por normativa ambiental. “Defendemos el libre comercio y condenamos el intento por parte de países desarrollados de imponer barreras con la excusa ambiental. Rechazamos además que se haya promovido una relación tóxica entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito internacional, exigiéndole a los países más relegados que comprometan recursos que no tienen en programas que no necesitan, convirtiéndolos en deudores perpetuos para promover una agenda contraria a sus intereses”.