Hace mucho tiempo que la vida en Arabia Saudita se define por el petróleo que fluye desde allí hacia el mundo. Durante décadas, la gran riqueza que generaba no solo pagaba por las resplandecientes torres y centros comerciales, sino también por un sector gubernamental que emplea a la mayoría de la fuerza de trabajo saudita.
El país ahora está tratando de vincular su futuro a otro recurso natural que tiene en abundancia: la luz solar.
Bajo el liderazgo del príncipe Mohammed bin Salman, el principal exportador de petróleo del mundo se está embarcando en un ambicioso esfuerzo por diversificar su economía y revitalizar el crecimiento, en parte mediante el aporte de dinero en energía renovable. El gobierno saudita no solo quiere remodelar su combinación de energía en su país sino también emerger como una fuerza global en el ámbito de la energía limpia.