Como lo informara oportunamente Futuro Sustentable, tres frigoríficos cercanos al arroyo Patagonia –que alimenta al Río Reconquista- vierten allí sus efluentes derivados de la faena diaria. “Olor a huevo podrido”, así definen los vecinos tanto de las barriadas humildes como de los barrios cerrados, a los efluvios que llegan desde los tres frigoríficos. Se trata de El Rioplatense (Tigre), Ecocarnes y la Planta Faenadora Bancalari (San Fernando), de los cuales el primer mencionado es el segundo más grande del país. El problema es de larga data (https://www.futurosustentable.com.ar/vecinos-de-tigre-y-san-fernando-que-viven-cerca-de-tres-frigorificos-no-pueden-soportar-sus-olores-nauseabundos).
Convocada por los vecinos, la diputada Marcela Campagnoli (CC-ARI) impulsó una denuncia penal y la investigación para saber si los establecimientos atentan contra la salud pública.
Los desechos “serían arrojados por parte de Frigorífico Rioplatense S.A.I.C.I.F., Planta Faenadora Bancalari S.A. y Ecocarnes S.A. (ex Cocarsa)”, reza la denuncia. La primera está en Constituyentes 2499, en Pacheco, partido de Tigre. Las dos últimas se ubican en el partido de San Fernando. Bancalari está a la altura del kilómetro 6,5 de la ruta 202, muy cerca de la Villa Presidente Perón y de Ecocarnes, que está del lado de Virreyes.
Según la denuncia, la contaminación que se origina en el Roconquista, podría desembocar en el Río de la Plata y el Luján, porque los desechos serían arrojados en sus afluentes: el canal Patagonia del arroyo Las Tunas y el río Reconquista. Se trata de una mezcla de bosta, grasa y sangre que antes de llegar al río atraviesa distintos procesos. Pero el tratamiento de esos desechos no alcanza para eliminar del todo el mal olor.
Las empresas ni siquiera colocaron todavía cortinas forestales para minimizar el impacto ambiental, como fija la ley provincial N° 8912/77.
Hoy las tres empresas están habilitadas para funcionar por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible de la provincia de Buenos Aires (OPDS) y cumplen con los parámetros exigidos por la Autoridad del Agua de la Provincia (ADA).
Aunque una ley provincial de hace 44 años obliga a instalar cortinas forestales para mitigar el problema del mal olor, sólo el frigorífico Rioplatense se ha comprometido recién ahora a cumplir con la norma.
La contaminación corre por agua, pero también por aire. Ese olor nauseabundo podría indicar la presencia de ácido sulfhídrico, un gas que puede ser venenoso en altas concentraciones.
Como los organismos de control no han respondido, los vecinos apelaron a informar al gobernador Axel Kicillof y a la diputada Juliana Di Tullio, quienes respondieron con las escasas actas de inspección hechas en Rioplatense.
A dos meses de presentada la denuncia, hay pocas novedades en el juzgado que la tramita, el Federal en lo Criminal y Correccional Nº 1 de San Isidro, a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Sí se sabe que la Secretaría N° 2 de ese tribunal se quedó con la parte de la denuncia penal que refería a Rioplatense, cuya causa ya fue instruida por el fiscal Fernando Domínguez.
El caso de Bancalari fue incorporado a una causa anterior, por una denuncia efectuada en 2019. El de Ecocarnes, en tanto, sigue en cero, con pedido al fiscal de inste la acción.