El récord de emisiones de CO2 en la atmósfera en 2019 que aumentarán el 0,6 % respecto al año pasado, según un prestigioso informe científico, dificultará aún más la lucha contra la crisis climática y el logro de los objetivos acordados por los países en el Acuerdo de París.
Así lo aseguró Glen Peters, director del centro de investigación Cicero, en Oslo, en representación de la organización científica internacional “Global Carbon Project”, que publicó este miércoles su último informe anual de previsiones sobre emisiones de dióxido de carbono, cuyas conclusiones han sido debatidas en el marco de la cumbre del clima en Madrid.
El estudio confirma que el aumento de emisiones de CO2 previsto en 2019 se deberá principalmente al fuerte aumento del gas natural y el petróleo, mientras que el consumo de carbón se ha reducido.
Aunque en 2017 las emisiones de dióxido de carbono crecieron un 1,5 %, y en 2018, un 2,1 %, el nuevo dato en 2019 confirma un menor crecimiento, pero la noticia “no es alentadora”, dado que se sigue en la dirección equivocada para avanzar en los objetivos de mitigación de la crisis climática, según Peters.
Para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París que se aplicará a partir de 2020 y que exigirá compromisos más ambiciosos para mantener la temperatura del planeta por debajo de los dos grados, preferiblemente en un máximo de 1,5 grados y evitar daños muy severos, habría que reducir al menos un 7 por ciento cada año las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según los científicos.
De acuerdo al informe de la prestigiosa organización “Global Carbon Project” que elabora desde 2006 informes anuales sobre las emisiones de dióxido de carbono, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos son las regiones con una mayor contribución en 2019 a la reducción de las emisiones procedentes de la combustión de carbón.
Por su parte, en el caso de China e India las emisiones siguen creciendo aunque más lentamente que otros años, en parte por la ralentización del crecimiento económico.
En la Unión Europea, una región que lidera el embate contra la crisis climática con objetivos muy ambiciosos para alcanzar la neutralidad del carbono a mediados de siglo, sus emisiones se están reduciendo año tras año y la previsión es que en 2019 se mantenga la tendencia.
Peters ha dicho que confía en que pueda alcanzarse un punto de inflexión en las emisiones en línea con los objetivos del Acuerdo de París, pero no tiene tan claro que, en el caso de llegarse a un pico, se pasaría a una drástica reducción de los gases o se mantendría una tendencia de subidas y bajadas en ciertos umbrales.
Preguntado por el consumo del gas natural como alternativa en el camino hacia la descarbonización de las economías, el experto ha dicho que esa no es la solución definitiva sino en todo caso de transición, porque sus emisiones también contaminan aunque por supuesto menos que la combustión del carbón. “El gas natural solo puede ser una solución a corto plazo”, subrayó Peters.
En cuanto a los niveles de concentración de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero cuyos niveles alcanzaron cifras récord en 2018 con un promedio de 407,4 partes por millón (ppm) en 2018, las previsiones de los científicos para 2019 apuntan a que seguirán creciendo hasta unas 410 partes por millón.
Esos valores eran los de hace unos tres millones de años cuando el nivel del mar era veinte metros más alto y la temperatura del planeta dos o tres grados más cálida, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que ayer presentó también en Madrid en la cumbre del clima un informe sobre temperaturas y calentamiento global, según consignó Efe.