El 51% de la energía que se utiliza en Honduras proviene de fuentes renovables. Así lo apunta el informe más reciente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee).
Durante varios años, para poder suplir la demanda energética de su territorio, el país dependió, mayoritariamente, de su generación de energía por fuentes térmicas, es decir, a base de combustibles fósiles, derivados del petróleo.
Esto producía una mayor contaminación al ambiente y llevaba que, cuando los precios del petróleo aumentaban en el mercado internacional, se encarecía el costo por el servicio de la energía.
Hasta julio de 2015, las plantas térmicas eran las que más energía aportaban a la Enee, con 52.1%, 978.6 megavatios de capacidad instalada, mayor que el 47.9% (945.6 MW) de las fuentes renovables.
En 2007, el país tenía una capacidad instalada de 6% de generación renovable y no convencional, y dicho porcentaje se ha incrementado en los últimos años hasta llegar al 51% actual.