El clima suave, las huertas y sus frutos en abundancia favorecen la proliferación de estos insectos, cuya acciones ya provocaron estragos en diferentes regiones de España.
Según expertos, se estima que su alcance puede llegar a cubrir entre 50 y 100 kilómetros por año y eso supondría que buena parte del territorio de España podría verse afectado por una auténtica plaga de estos insectos.