El Día Mundial Sin Auto se conmemora el 22 de septiembre en diferentes ciudades desde la década del ’90. En 1997, Gran Bretaña fue el primer país en sumarse íntegramente a la iniciativa y, desde el año 2000, la adhesión de la Comisión Europea marcó un precedente de expansión en numerosas naciones fuera y dentro de ese continente. En el marco de una nueva oportunidad de celebrar esta acción, FIA Región IV para Latinoamérica resalta cuáles son las opciones para disminuir el uso del automóvil y circular de manera más sostenible.
Más allá de la infraestructura urbana actual y de los retos en materia de reglamentación, la elección de la bicicleta como medio de traslado para distancias cortas y medias acarrea ventajas sobre la salud, porque es un ejercicio que ayuda a controlar los niveles de grasa corporal y sobrepeso, mejora la circulación sanguínea, aumenta la fuerza muscular y la flexibilidad, mejora las articulaciones, y mantiene el corazón saludable. Moverse caminando es igualmente beneficioso para el organismo y tampoco conlleva gastos ni genera contaminación. “La bicicleta es el transporte más ecológico y seguro para los ambientes urbanos, en especial si se utiliza la infraestructura modelada para dicho fin y se respetan las recomendaciones, como usar casco y frenar en las esquinas”, comenta Pablo Azorín, Jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de FIA Región IV.
En el marco de la expansión de este tipo de transporte, Chile se encuentra entre uno de los países más avanzados en cuanto a legislación. Teniendo en cuenta que en 2017 hubo un total de 3.853 accidentes de tránsito donde se vieron involucrados ciclistas, en noviembre del 2018 entró en vigencia la Ley de Convivencia Vial, que reconoce a la bicicleta como un medio más de transporte y reglamenta su circulación, además de establecer multas correspondientes para quienes no cumplan las reglas. “Si trabajamos en conjunto con los países de la región en la conformación de políticas públicas y privadas que fomenten un transporte sostenible en el tiempo y que mejore la calidad de nuestro medio ambiente, un futuro con menos contaminación será más accesible en la proximidad”, detalla Diego Cosentino, Gerente Regional de FIA.
Otra opción sostenible son los monopatines eléctricos, tanto CABA como otras ciudades de Argentina y Latinoamérica han adaptado otras formas de transporte multimodal con la incorporación de este transporte alternativo. Sin embargo, es importante tener en cuenta ciertas recomendaciones para la puesta en práctica del uso de los monopatines:
– No puede circular por las veredas, sino por las ciclovías
– Solo se permite una persona por vehículo
– Los usuarios deben usar casco y chaleco reflectante
– No se puede desplazar a más de 25 km/h
– Cada monopatín debe tener bocina, frenos y luces delanteras y traseras
Estos puntos forman parte de la Ley de la Legislatura Porteña que regula el uso de este vehículo en la ciudad, con el objetivo de darle un marco más seguro y consciente a un transporte que cada vez es más frecuente a nivel mundial.
Tanto el monopatín como la bicicleta, son medios de transporte fomentados no solo por la población, sino también por las distintas políticas públicas de los distintos países en vías de desarrollo. Sin embargo, hay otras iniciativas que resultan de gran utilidad para la sociedad y para el ciudado del medio ambiente, como los distintos sistemas de autos compartidos: el carpooling, a través del cual se puede compartir un mismo auto entre varias personas, y el carsharing, en el que un mismo vehículo se alquila por tramos a diferentes personas pero desde un mismo proveedor. Ambos sistemas sirven para evitar la gran circulación y tránsito en la ciudad, evitando la costumbre de utilizar un vehículo por persona, lo que además incrementa la contaminación al incrementar la cantidad de autos que, por día, se ponen en funcionamiento.
En cuanto a estos sistemas, algunos ejemplos son: para carsharing, la plataforma Awto, lanzada a principios de 2018, o bien MyKeego, una de las primeras en ofrecer este servicio en Argentina. Por su parte, la plataforma Tenéslugar.com, servicio de carpooling para empresas que desarrolla Mercedes Benz en Argentina, asegura que en el 2018 se lograron ahorrar 47.784,43 gramos de CO2 con los viajes compartidos.
¿Y el transporte público? “Aunque los medios tradicionales emanan CO2, la huella de carbono personal es mucho menor que si cada uno de los pasajeros de un colectivo se trasladara con su automóvil”, detalla Pablo Azorín, Jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de FIA Región IV. Además, los sistemas de transporte público están migrando hacia la movilidad cero emisiones, siendo así doblemente beneficiosos para el medio ambiente. En Buenos Aires, varias líneas de colectivos se han incorporado a la iniciativa de incluir y probar vehículos eléctricos. Si todas las opciones se alinean, atravesadas por una estrategia que incluya tanto al sector público como al privado, una ciudad más saludable es posible.
