Carlos Skliar -escritor, investigador y pedagogo- estuvo a cargo del primer encuentro de ciclo de charlas #PensemosEnEducacionAmbiental, que además contó con la participación del director Ejecutivo del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), Juan Brardinelli, y de la directora de Educación Ambiental, Viviana Ceresani.
Con el propósito de reflexionar, de compartir experiencias y de conocer abordajes diversos para acercarnos a la especificidad y la complejidad del campo de la educación ambiental y sus múltiples cruces y miradas, Carlos Skliar citó la charla “Entre la fragilidad de la existencia y la insistencia del mundo”. En este encuentro, participaron más de 500 personas.
Durante las palabras inaugurales, Juan Brardinelli resaltó la importancia de estas charlas de formación “en un momento extremadamente agudo con un sistema de salud tensionado”. “La problemática ambiental se construye, como se construyen todos los problemas sociales, no es algo que se da solo y de repente; y desde el sector educativo la tenemos que abordar, no podemos pensar que hay una agenda única, porque necesitamos repensar los problemas ambientales desde nuestros lugares”, remarcó.
Finalmente, subrayó que “la agenda ambiental crece en función de las realidades sociales, políticas y económicas de nuestra Provincia, y el Estado crece guiando estas políticas” y destacó que hay un “Estado presente, articulador de las políticas públicas; un Estado que reflexiona y que opera sobre el uso responsable de los recursos naturales; un Estado fuerte, que puede fiscalizar”.
Carlos Skliar invitó a pensar los vínculos entre mundo, vida y escuela, entre el cuidado del mundo y el cuidarse del mundo. A su vez, resaltó la importancia del tiempo y de estar presentes, de crear el arte de la presencia frente al tiempo voraz y acelerado: “La única posibilidad que tenemos para conocer y para desandar la época destructiva es hacernos tiempo, es tener tiempo, es dar tiempo, es quitarnos el tiempo de la aceleración y el éxito individual”.
A su vez, declaró: “El cuidado del mundo tiene relevancia pública, tiene un sentido ético y político. Restablecer el mundo otro recuperando la memoria de la experiencia colectiva.”
Sobre el cierre, reflexionó sobre la gestión de las políticas públicas y la necesidad de indagar y de repensar su dinamismo y su importancia: “Las tareas de cuidado tienen que ver con la compañía y con revisar todo el tiempo que no se acompaña ni se cuida de cualquier manera, que hay un arte y una técnica que tiene que ver con cómo desde la gestión se acompaña y se cuida a una población específica como la de los educadores y sus comunidades. […] Por esto, cabe pensar desde la gestión qué formas son validas, sin perder de vista que eso se hace creando comunidad y no simplemente sujetándola. […] Que algo dure y no se pierda en estas formas aceleradas. El trabajo es sobre un presente no mezquino y que ayude a las narrativas de los educadores y los estudiantes, no sólo a crear discursos y materiales, sino a poner manos a la obra”.
